Contacto: Toyota Etios XLS AT 2017

El Etios llegó a nuestro mercado en 2013, como una propuesta que quizás no llamaba la atención por su estética aunque sí por su racionalidad y sobre todo por representar el desembarco de la marca japonesa en el segmento más competitivo y demandado de la región. Pero detrás de esa imagen sencilla y de auto accesible, siempre contó con la filosofía que Toyota aplica a todos sus modelos, con la confiabilidad como primer estandarte y la mejora continua como uno de sus valores en los que los ingenieros y diseñadores de la firma nipona trabajan a lo largo de su vida comercial.

Eso se vio reflejado en las varias actualizaciones que recibió a lo largo de estos años, como la del año pasado, en la que apuntó a mejorar varios de los puntos negativos que habían sido observados al principio.

Hace sólo dos meses atrás, el Etios incorporó un leve rediseño que abarcó a toda la gama (tanto hatchback como sedán) a excepción de su variante aventurera (Cross) como para seguir dando pelea y acercarse cada vez más a los best sellers del segmento B, dominado por el Volkswagen Gol, Renault Sandero y Chevrolet Onix/Prisma.

En este caso tomamos contacto con la versión XLS equipada con caja automática, que se ubica un escalón por debajo de la tope de gama (Platinum), resignando ciertos ítems de equipamiento, algunos más importantes que otros, que iremos detallando en la nota.

Nos vamos a centrar más en los cambios que recibió a nivel estético, que son la principal novedad de esta línea 2017. Como se trata de un simple restyling, no se modificó profundamente su diseño sólo las líneas más básicas para darle un aspecto más moderno y asociarlo con el resto de la gama de la marca.

Por eso, el grueso de las modificaciones están en la trompa, lo primero que uno ve al acercarse al auto. La parrilla se reformuló completamente y adquirió forma de V, con los bordes de color carrocería y bastones horizontales de color negro. El logo ahora cobró mayor protagonismo y está ubicado un poco más abajo que antes, en una suerte de escalón, demarcado por las dos nervaduras centrales del capot. El paragolpes también es nuevo, con trazos rectos más marcados y una máscara negra que se extiende por todo lo ancho e integra los faros antiniebla. Posee una toma de aire inferior tipo trapecio, con grilla de color negro y un pequeño aplique cromado.

En los laterales, el Etios permanece casi sin cambios, inclusive en esta versión XLS mantiene las mismas llantas de aleación de 15 pulgadas de la edición anterior, pero sumó un faldón que le da un aire más deportivo, característica que se repite en la parte trasera, con un nuevo paragolpes, con el portapatente rediseñado y nervaduras acentuadas que simulan un difusor. Sigue contando con pequeños deflectores en varias partes de la carrocería (espejos, lado interno de los pasarruedas y faros traseros), que por más minúsculos que parezcan, ayudan a mejorar la insonorización.

Creemos que este facelift le sienta muy bien al hatchback, dándole una apariencia más sport y atrevida, dos características que hasta ahora estaban ausentes en su diseño.

Por su parte, en el interior no nos vamos a encontrar con ninguna sorpresa, todo se mantiene exactamente igual a la última actualización, destacándose los dos displays digitales para el instrumental en reemplazo de los indicadores analógicos, con caracteres grandes y legibles que permiten una rápida visualización -había sido uno de los puntos a mejorar de la primera serie-. Desde aquella actualización sumó indicador de temperatura del motor y el de nivel de combustible se puede observar más claramente.

Como es sabido, el Etios cuenta con la instrumentación en posición central, una ubicación que siempre generó algunas críticas. Personalmente no me parece algo demasiado reprochable y más con su modernización, vale recordar que no es el único vehículo que ofrece una configuración similar -varios modelos de Citroen, por ejemplo, también poseen el cuadro de instrumentos en el centro-. Sí hay que reconocer que demanda cierto acostumbramiento. Una vez que hicimos algunos kilómetros y nos adaptamos, es posible observar el velocímetro o tacómetro con un golpe de vista, como si miráramos el retrovisor.

El nivel de equipamiento es bueno, con aire acondicionado manual (de muy buen funcionamiento), levantavidrios eléctricos delanteros y traseros (sólo de un toque para bajar en el del conductor), espejos eléctricos, sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas (con radio, mp3/USB/Aux/Bluetooth), control de velocidad crucero, guantera refrigerada, volante multifunción, apoyabrazos para el conductor, apertura interna del tanque de combustible y tapizados de tela. Sin embargo echamos en falta por lo menos el navegador, que sí ofrece la versión Platinum (ésta agrega además cámara de marcha atrás y tapizado de cuero).

La calidad de materiales es correcta, con superficies agradables al tacto –aunque los plásticos son duros en su totalidad-. Mientras que el nivel de terminación también es muy bueno, sin bordes filosos ni partes mal encastradas.

El espacio para cuatro pasajeros es bastante generoso, siendo la quinta plaza más recomendable para un niño. Adelante es muy amplio, las butacas ofrecen múltiples regulaciones mientras que el volante sólo puede variar en su altura. Atrás, si los asientos delanteros no están muy desplazados longitudinalmente, hay buen lugar para las rodillas. En contrapartida, esta buena habitabilidad le resta algo de capacidad al baúl, de 270 litros, uno de los más chicos del segmento, que tiene una boca de carga que se ubica a 0,75 m del piso. Debajo de la bandeja inferior, prolijamente tapizada, encontramos una rueda de auxilio de tamaño similar a las titulares, aunque con llanta de chapa.

En seguridad continúa adeudando el control de estabilidad (ESP), un dispositivo que varios de sus rivales ya empiezan a incorporar. Por lo demás, su dotación es correcta: doble airbag, frenos con ABS/EBD, cinturones inerciales y apoyacabezas para los cinco pasajeros (incluyendo el central trasero, algo que muchos no ofrecen), anclajes Isofix, alerta de cinturones de seguridad desabrochados y luces antiniebla delanteras. En las pruebas de choque de Latin NCAP (bajo el protocolo anterior) el Etios recibió una calificación de 4 estrellas en la protección de adultos y 2 estrellas en seguridad infantil.

Mecánicamente tampoco hubo novedades. En 2016 su motor de 1.5 litros y 16 válvulas con doble árbol de levas a la cabeza recibió un upgrade, sumando doble distribución variable (Dual VVTi), lo que elevó la potencia a 103 CV y el torque a 137 Nm. En este caso, acoplado a una transmisión automática –heredada de la generación anterior del Corolla- de 4 velocidades, sin opción secuencial. Aunque pueda parecer una caja un poco antigua frente a otras más modernas de 5 o 6 marchas, hay que señalar que se adapta perfectamente al impulsor. El pasaje entre cambios (sucede entre las 2.000 a 3.000 rpm) es prácticamente imperceptible, no evidencia patinamientos, ofrece rápidas aceleraciones y permite circular a 120 km/h en un régimen normal de 2.800 rpm. Sin dudas, la combinación motor-caja es una de las mayores virtudes del Etios. Las prestaciones son correctas: acelera de 0 a 100 km/h en 11,6 segundos y tarda 10,3 segundos en pasar de 80 a 120 km/h, valores lógicos para su potencia y peso (1.310 kg).

A la hora de hablar del comportamiento dinámico, debemos recordar que no sufrió modificaciones significativas desde su lanzamiento, y eso no es ningún punto en contra, ya que siempre se destacó por un logrado equilibrio: confortable en ciudad y estable en ruta. En eso tiene mucho que ver un acertado reglaje de suspensiones, ni demasiado mullidas ni muy duras.

La dirección es de asistencia eléctrica variable, lo que lo ayuda en maniobras a baja velocidad o a la hora de estacionar, pero el volante mantiene cierto retardo en volver a alinearse. En velocidad se torna más firme, brindando una sensación de mayor aplomo. Sólo los vientos cruzados o los camiones en la ruta hacen que su carrocería –algo alta, especialmente por el despeje- sufra algunas oscilaciones, pero nada de qué preocuparse siempre que se respeten las velocidades legales.

Si bien su hábitat natural es la ciudad, donde más se disfruta y se aprovecha contar con una caja automática, el Etios no desentona en ruta. Transitando a 100 km/h se siente muy a gusto, con una insonorización realmente destacable. El motor no se percibe, como tampoco ruidos externos de viento o el roce de los neumáticos contra el asfalto. Si ejercemos más presión con el pie derecho hasta alcanzar velocidades de 120/130 km/h recién ahí se empieza a escuchar el sonido del propulsor, aunque trabaja a ritmo bastante relajado cercano a las 3.000 rpm.

Según nuestras mediciones de consumo, a 100 km/h se mantuvo en 5,4 lts/100 km; a 120 km/h necesita 6,7 lts/100 km, mientras que en el ámbito urbano el valor asciende a 8,8 lts/100 km: cifras muy contenidas, sólo penaliza por el lado de la autonomía, con un tanque de sólo 45 litros.

Con este restyling el Etios reafirma su gran relación precio/producto, con un valor de $291.700 y una garantía de 3 años o 100.000 kilómetros, ofreciendo ahora una imagen más lograda y manteniendo los atributos que lo caracterizaban. De esta manera, sigue siendo una de las compras más racionales del segmento y además cuenta con el reconocido respaldo de la marca japonesa, un combo muy atractivo que lo llevó a trepar hasta los primeros puestos de los rankings de venta en estos últimos años.