Shell es una compañía reconocida popularmente en nuestro país. Aunque probablemente lo primero que se nos venga a la mente al pensar en la petrolera son sus combustibles, estaciones de servicio, su línea de lubricantes o su histórica alianza con Ferrari en la Fórmula 1, también se dedica a otras varias actividades y productos, que van desde elaboración de asfalto hasta químicos.
Para conocer más sobre la empresa y su línea de producción, fuimos invitados por los directivos de Shell Argentina a una recorrida por su planta de lubricantes y grasas, conocida como Planta Sola, ubicada en el barrio porteño de Barracas.
Historia y organización:
La empresa es estableció en nuestro país hace 103 años, en 1914, para ser más precisos. Actualmente sus principales actividades son la refinación, producción y comercialización de combustibles y lubricantes, así como también la exploración y producción de petróleo y gas.
Su organización comercial está dividida en 4 áreas:
- Global Commercial: lubricantes, gas licuado de petróleo (LPG), asfalto y combustible de aviación.
- Trading and Supply: combustibles, fuel oil, coke a clientes directos.
- Retail: comercialización de combustibles y lubricantes a través de las estaciones de servicio y lubricentros.
- Químicos: elaboración de diversos productos para laboratorios, industria y cosméticos.
Planta Sola
Un hito importantísimo en la historia de la compañía fue la instalación de esta planta, hacia fines de los 80. El predio ocupa una manzana entera, más un depósito ubicado en frente.
Actualmente, tiene una capacidad de elaboración anual de 90 millones de litros de aceite (de diversos tipos y especificaciones) y 2400 toneladas de grasas.
Recibe las materias primas de la refinería de Dock Sud, en un parque de tanques que pueden almacenar hasta 8500 toneladas. Desde allí, mediante una red de tuberías pasan a 22 tanques de elaboración, donde cada es preparado según sus especificaciones. Una vez que el producto está terminado, pasa a uno de los 30 tanques destinados para tal fin.
Otro de los sectores de la fábrica es el de la elaboración de grasas, en el que hay dos grandes mezcladoras para su producción.
Tanto para la línea de lubricantes como para la de grasas hay un área en común que implica su fase final antes de la distribución: la línea de llenado de envases de 1 y 4 litros, baldes y tambores. Esta es la parte más visible del proceso, ya que se puede observar claramente cómo llegan los envases, su llenado y su empaquetamiento en cajas –o el llenado de barriles-. A partir de ese momento, pasan al depósito para luego ser distribuidos a todo el país.
Un dato no menor que refleja el nivel de tecnología y modernidad de la planta es que toda la producción está automatizada, contando con muy pocos operarios, que se dedican en su mayoría a controlar que todo el proceso se realice correctamente, mediante tableros donde se indica cada fase y producto a elaborar.
Además, otro de los puntos en los que Shell hace hincapié es en la seguridad de los operarios y de toda la infraestructura de la planta, con controles diarios y simulacros periódicos para estar preparados ante cualquier eventualidad. Asimismo, la planta cuenta con su propio equipo de emergencias, preparados para actuar en el mismo momento en que se produzca algún incidente.
Por otra parte, todos los desechos que se puedan reutilizar del proceso de producción son tratados y vuelven a refinarse, mientras que los que sí deben ser eliminados, son retirados por una empresa que se especializa en este tipo de trabajo, evitando cualquier tipo de contaminación. Inclusive, otro detalle que nos llamó la atención de la visita fue el mínimo nivel de ruido en toda la cadena.
Tecnología Pure Plus
El producto estrella que se produce en Planta Sola es el aceite Helix Ultra con tecnología Pure Plus. ¿Qué es? Es un lubricante derivado del gas natural, que, mediante un proceso se convierte al gas en un líquido cristalino, incoloro e inhodoro, que a simple vista pareciera apenas más espeso que el agua, con mínimas impurezas. A este líquido se le agregan los aditivos correspondientes y como resultado se obtiene un lubricante con mejor rendimiento con respecto a la volatilidad, viscosidad y fricción. Soporta mejor las temperaturas extremas, el desgaste y acumula menos residuos que un aceite convencional y fue diseñado especialmente para los nuevos motores, que por su tecnología avanzada y la introducción de elementos como el turbo, requieren un aceite que se adapte a su rendimiento.
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