McLaren y Ayrton Senna formaron una de las duplas más exitosas de la historia de la Fórmula 1. La escudería británica fue el equipo perfecto para que el recordado piloto brasileño pudiera demostrar y asombrar al mundo con todo su talento y lograr sus 3 campeonatos (1988, 1990 y 1991), por lo que crear un deportivo que lleve su apellido, era uno de los mejores homenajes que McLaren podía hacerle al que fue su piloto estrella.
Pero no podía ser un deportivo cualquiera, tenía que ser uno enfocado a las pistas, el lugar donde Ayrton se convirtió en leyenda… y así fue: en la noche del sábado, McLaren presentó su nuevo Senna, un vehículo pensado para circuito, aunque con lo mínimo indispensable para su homologación de calle.
Su aspecto puede que no sea el más atractivo de todos los productos de la firma inglesa, pero no se buscó hacer un auto “lindo”, sino priorizar el concepto de “la función hace la forma”, por lo que su carrocería está repleta de tomas de aire y soluciones aerodinámicas, coronada por el enorme alerón trasero. De esta manera, el Senna es un vehículo aún más aerodinámico que el P1 y más liviano (pesa sólo 1.198 kg), al estar construido casi por completo en fibra de carbono, especialmente su monocasco denominado Monocage III, una evolución del 720S.
El interior también refleja su condición de auto casi de carreras, simple, con butacas de competición, todos los comandos orientados al conductor y numerosos detalles en fibra de carbono. La instrumentación es digital y varía su información de acuerdo al programa seleccionado. El aporte tecnológico lo da una gran pantalla táctil flotante para el sistema multimedia y la climatización, y los botones de encendido, junto con los levantavidrios y otros pocos botones ubicados en el techo, arriba del espejo retrovisor.
Otra particularidad de esta nueva joya de McLaren es su mecánica. En una época donde la hibridación y electrificación llegó para quedarse en el mundo de los superdeportivos, el Senna recurre a la fórmula más tradicional y pura: un motor M849TR V8 de 4.0 litros, que desarrolla 800 CV y 800 Nm de par, acoplado a una transmisión automática-secuencial (con levas al volante) de doble embrague y 7 marchas, con tracción trasera.
Por su parte, cuenta con la última evolución de la suspensión RaceActive Chassis Control II, del tipo doble triángulo en ambos ejes, con amortiguadores conectados hidráulicamente entre sí, que permiten controlar el balanceo del auto sin utilizar barras estabilizadoras. Además ofrece la posibilidad de variar la dureza y altura de la suspensión en los modos Comfort, Sport, Track y Race.
Por último, y como era de imaginarse, semejante desarrollo tiene su precio y exclusividad: se fabricarán artesanalmente sólo 500 unidades, con un precio de 850.000 euros. 5 de ellas estarán preparadas por MSO (McLaren Special Operations), con una estética diferenciada y características particulares pero que costarán el triple (2.500.000 euros). Si esto ya parecía prohibitivo para la gran mayoría del público, aún falta un dato más: todas las unidades ya fueron vendidas antes de su producción, a excepción de la primera, que fue subastada por 2 millones de libras que se donarán a la Fundación Senna.
Con todo el dolor del alma pero hay que reconocer que en este tipo de homenajes los británicos se pasan. Hermoso auto para un super piloto y persona -que adoraba a nuestro múltiple, Fangio, Ayrton Senna gran pilto y persona, a quien traté toda vez que pude.