El MINI, ese icónico pequeño auto inglés de origen humilde, que gracias a John Cooper sorprendió al mundo al lucirse en el rally y le dio su apellido, supo perdurar durante décadas con mínimos cambios, conservando su encanto intacto.
Como muchos saben, a mediados de la década de 1990 la firma británica fue comprada por BMW como parte del Grupo Rover y hacia el 2000 apostó por una riesgosa jugada: reinventarlo completamente. Fue así como nació el MINI del siglo XXI, dejando atrás su origen de vehículo accesible para convertirse en un símbolo de status, manteniendo su estirpe deportiva, pero sobre todo, los rasgos más característicos de su diseño, logrando así una de las reinterpretaciones más logradas de la industria automotriz.
La marca alemana no solo rescató a MINI de sus dificultades económicas, también ayudó a desarrollar toda una nueva gama de productos, que abarca un 5 puertas, un descapotable, una rural y hasta un SUV –sin contar a los ya discontinuados Coupé, Roadster y Paceman-. Eso sí, si bien sigue respetando su típico diseño con detalles que resaltan su origen inglés como el esquema de la Union Jack en los faros traseros, no puede ocultar su influencia en lo referido a la plataforma (UKL), motorización y tecnología. Y esto, como relataremos en el test, no es una crítica, sino todo lo contrario, uno de sus mayores atributos.
Desde aquel MINI de 2001 que marcó un antes y un después para la compañía ya pasaron dos generaciones, conocidas internamente como R56 y F56, esta última fue la que arribó a mediados de 2015 en nuestro país, inicialmente en las versiones de 3 y 5 puertas, a las que luego se sumaron el Clubman, el Cabriolet, el SUV Coutryman y el más deportivo, John Cooper Works.
Nosotros tomamos contacto con la versión Cooper S, que quedó como la variante más tradicional dentro del amplio abanico de siluetas que ofrece MINI y que este año recibió una sutil actualización. Luego de probarlo durante una semana, estas son nuestras conclusiones:
Diseño exterior:
Inconfundiblemente MINI. Pasan los años y el producto inglés no pierde vigencia, ya que los diseñadores han sabido adaptar las principales señas de identidad del original creado por Alec Issigonis a los tiempos que corren, logrando una combinación entre lo moderno y lo clásico, haciendo del MINI Cooper actual un ícono del diseño retro junto al Volkswagen Beetle y al Fiat 500. Es más, como señalamos anteriormente, pudieron llevar esa imagen a una gran variedad de siluetas, creando toda una gama de productos en torno al hatchback de 3 puertas.
Pero el MINI Cooper actual (F56) dejó de ser un pequeño citycar para posicionarse en el segmento B Premium, aprovechando la plataforma UKL que comparte con su primo alemán, el BMW Serie 1. Así, esta tercera generación mide 3.850 mm de largo, 1.727 mm de ancho, 1.414 mm de alto y sobre todo, creció en distancia entre ejes (2.495 mm) lo que se tradujo en una mejor habitabilidad.
Si bien se renovó por completo, la manera más fácil de distinguir al F56 de su antecesor R56 es por el sector frontal. Los faros son algo más grandes y sobre todo, cambió su diseño interno, que en esta versión se destacan por los proyectores de Led y un vistoso anillo de Led –que cumple la función de luces diurnas DRL- que acompaña la forma de la óptica. También la parrilla es más prominente, cuenta con un marco cromado, una protección plástica donde va alojada la patente y una grilla con entramado tipo panal de abejas. Por debajo sobresale la toma de aire –con dos canalizadores en los extremos- y los faros antiniebla –de Led-.
En los laterales, los cambios son mínimos, sigue contando con superficies limpias, sin trazos marcados salvo por los pasarruedas que poseen además de protecciones plásticas que recorren toda la parte inferior del auto. La presencia de algunos detalles cromados, como el listón que recorre la base de las ventanillas, las manijas de las puertas y el aplique sobre el guardabarros delanteros que hace referencia a la versión (S) le aportan un toque de elegancia, mientras que la deportividad está subrayada por las llantas de aleación de 17 pulgadas “Tentacle Spoke” de muy bonito diseño.
El remate posterior, al igual que en el sector delantero, se destaca por los grandes faros de Led y el nuevo diseño del paragolpes, con la parte baja más marcada, con una grilla de color negro que contiene a los faros antiniebla y la característica doble salida de escape central.
En síntesis, volviendo al concepto del que hablamos al principio, la idea de los diseñadores fue mantener el estilo general del MINI, adaptarlo a las nuevas dimensiones y remarcar esas señas de identidad a las que hicimos referencia como los faros y la parrilla.
Diseño interior:
Las formas redondeadas, el emblema en el volante y la gran esfera en la consola central identifican instantáneamente al producto inglés, reflejando una vez más una lograda reinterpretación de aquella simpleza del modelo original a la sofisticación que requiere un vehículo del precio del MINI actual y que cuenta con el respaldo de BMW, aunque, a decir verdad, esos guiños al pasado lentamente van quedando atrás a favor de la funcionalidad y el despliegue tecnológico.
Por empezar, el velocímetro ya no está ubicado en la consola como hasta la generación anterior, ahora cedió su lugar a una pantalla rectangular para operar el sistema multimedia, muy similar al i-Drive de BMW. También se renovaron los mandos de la climatización e incorporó, por debajo, una vistosa botonera tipo switch de competición que nos recuerda que estamos manejando la versión más deportiva de la gama –con excepción de la John Cooper Works obviamente-, junto con los apliques símil fibra de carbono que decoran el torpedo.
La influencia de la firma de Munich vuelve a hacerse presente en detalles como las salidas de aire centrales, el útil Head-Up Display –un opcional con el que contaba nuestra unidad- y sobre todo en la calidad de materiales de todo el habitáculo, desde los tapizados hasta los plásticos del tablero y los paneles de las puertas, marcando una evolución importante respecto al R56.
En cuanto a la habitabilidad, el MINI ofrece una posición de manejo muy deportiva, pero también cómoda para el día a día, ya que la butaca del conductor cuenta con múltiples regulaciones eléctricas, como así también la del acompañante. El espacio en las plazas delanteras es amplio, pero, como en todo vehículo de 3 puertas, las limitaciones las encuentran los pasajeros que viajen atrás. Si bien el aumento en la distancia entre ejes mejoró en parte esta situación, sigue siendo un poco incómodo para dos personas y mucho más para tres. Para ello, la marca cuenta con la versión de 5 puertas o directamente el Clubman, la variante rural.
El baúl como era de prever no es de los más grande, alcanza los 211 litros y si se rebaten las plazas traseras se puede llegar hasta los 731 litros.
Instrumental:
En el apartado anterior señalamos que uno de los principales cambios del F56 fue la reubicación del instrumental, que ya no está en la esfera central sino que pasó a alojarse detrás del volante, como en la mayoría de los autos.
Está compuesto por un reloj principal –para el velocímetro- que en su parte inferior cuenta con un display –por cierto, bastante pequeño- para los datos de la computadora de a bordo y dos semicírculos a los costados, uno para el tacómetro, y otro digital para el nivel de combustible. La iluminación es anaranjada y los caracteres sobre fondo negro son bastante visibles.
Como hacemos habitualmente, medimos la precisión del velocímetro y estos fueron los resultados: el error promedio fue del 2,6%, que podemos considerar normal a bajo, manteniendo constante una imprecisión de sólo 3 km/h. A 100 km/h de aguja fueron 97 km/h reales; a 120 km/h de velocímetro, 117 km/h reales y a 130 km/h de reloj, 127 km/h reales.
Equipamiento de confort:
De serie, esta versión S ofrece un listado de equipamiento correcto, sin faltantes de mayor consideración, compuesto por: climatizador automático, levantavidrios eléctricos, cierre centralizado, tapizado de cuero, sensor de lluvia, paquete de compartimientos y de iluminación ambiental personalizable, volante multifunción, sistema multimedia con navegador, cámara visión traseras, Bluetooth, USB y Aux, techo panorámico eléctrico, sensores de estacionamiento y asientos traseros rebatibles 60/40.
Adicionalmente, MINI propone como opcionales la transmisión automática Steptronic, el volante de cuero John Cooper Works con levas y el sistema de sonido Harman Kardon, ítems incluidos en la unidad que probamos, pero que pueden significar una importante cantidad de dinero extra para el precio final.
Una particularidad que siempre caracterizó a este modelo es que no cuenta con rueda de auxilio, ni siquiera temporal. En su “reemplazo” los neumáticos son run flat, una solución muy poco práctica para las rutas y caminos de nuestro país.
Equipamiento de seguridad:
La dotación de seguridad del MINI Cooper S es completa, con todo lo esperable en un vehículo de su valor pero tampoco sobresale por algún ítem en particular que lo diferencie de sus competidores.
Airbags frontales, laterales y de cortina, frenos a disco en las cuatro ruedas con ABS/EBD, control de tracción y estabilidad (ESP), control de velocidad crucero con función de frenado, control de frenada en curva, indicador de presión de los neumáticos (TMPS), cinturones inerciales y apoyacabezas en las 5 plazas, cierre automático de puertas en velocidad, anclajes Isofix y luces antiniebla forman parte de la dotación de serie en toda la gama, a la que nuestra unidad, como indicamos anteriormente, adicionaba el Head-Up Display.
Motor, transmisión y comportamiento:
Para el F56, MINI dejó de lado el conocido motor naftero 1.6 THP desarrollado en conjunto entre BMW y el Grupo PSA. Llamativamente, se alejó del concepto del downsizing para apostar por una fórmula más tradicional, aunque igualmente eficiente: el Cooper S equipa un propulsor de 1.998 centímetros cúbicos –o 2.0 litros-, con turbo y tapa de 16 válvulas, que desarrolla 192 CV entre las 4.700 y 6.000 rpm y un torque de 280 Nm a apenas 1.250 vueltas. En el caso de la versión que probamos, se asocia con una transmisión automática (con convertidor de par) de 6 velocidades, con opción secuencial y levas detrás del volante.
Probamos el desempeño de este motor, asociado a una caja automática Steptronic de seis velocidades que dispone de levas al volante, lo medimos con nuestro propio instrumental y en la prueba de aceleración de 0 a 100 km/h arrojó una diferencia apenas de cinco centésima superior de los valores oficiales con 6,82 segundos. Además exhibió una interesante recuperación de 80 a 120 km/h en directa de solo 4,57 segundos.
Desde el volante del MINI Cooper S podemos decir que esta motorización transmite energía, potencia y agilidad tanto en el ámbito citadino como en ruta, pero eso no compromete el bolsillo, ya que presenta muy buenos registros de consumos por el aporte que realizan su sistema de inyección y el sistema de arranque y parada que detiene el motor en las situaciones de tránsito donde es posible economizar combustible como en semáforos, peajes o mientras esperamos que se levante la barrera luego de que pase el tren.
Como equipamiento adicional incorpora el MINI Driving Modes, que permite elegir el tipo de conducción en función de los gustos y necesidades del conductor, entre los modos Sport, Mid y Green. Cada uno regula de diferente manera una serie de parámetros como la dirección, la dureza de la amortiguación y el pedal de aceleración, entre otros. En modo Green permite un mejor rendimiento del combustible.
Un dato interesante es que circulando a 100 km/h permite alcanzar una autonomía de 846 kilómetros con un tanque de 44 litros de capacidad, para ello solo requirió 5,2 l/100 km/h apoyado por una relación de caja que a esa velocidad el cuentavueltas solo marcaba 2.100 rpm. Cuando lo aceleramos un poco más a 130 km/h la demanda de combustible se mantuvo contenida con solo 7,5 l/100 km. Ahora en el ámbito urbano el consumo creció bastante hasta los 9,5 l/100 km. Aunque ya lo hemos dicho otras veces, siempre es un placer manejar un MINI Cooper. Nos parece estar manejando un pequeño auto de competición en lo que todo funciona con precisión: pedales, dirección, frenos.
El conjunto de suspensiones fue configurado privilegiando el manejo deportivo, por ello quizá su dureza le quite un poco de confort de marcha y no logré absorber del todo algunas imperfecciones de nuestras calles, como lomos de burro o cunetas. Pero esa condición lo vuelve divertido, picante, y con andar deportivo, en ruta o zonas de asfaltos parejos.
Al volante de este MINI S, lo sentimos firme, poderoso, seguro de lo que puede ofrecer. Es un vehículo estable tanto en recta como en curvas pronunciadas. Casi no necesitamos la intervención del ESP durante nuestras pruebas.
Su dirección eléctrica es variable en función de la velocidad, pues se va endureciendo a medida que va necesitando mayor asistencia. Otro punto destacado es la capacidad de frenado, que detuvo al auto en distancias más que lógicas, deteniéndolo completamente en 37,9 metros en las pruebas de 100 km/h a 0 que le efectuamos.
A continuación detallamos el cuadro con prestaciones y consumos:
Valores obtenidos con nuestro equipo de medición de performance | ||
Aceleración | ||
0 a 100 km/h | 6,82 seg | 106,69 m |
0 a 100 m | 6.58 seg | 97,43 km/h |
0 a 200 m | 9,79 seg | 125,02 km/h |
0 a 300 m | 12,45 seg | 143,87 km/h |
0 a 400 m | 14,84 seg | 156,13 km/h |
0 a 1000 m | 26,85 seg | 197,09 km/h |
Consumo | |||
Velocidad | Régimen motor | Consumo | Autonomía |
a 100 km/h | 2.100 RPM | 5,2 l/100km | 846 km |
a 120 km/h | 2.400RPM | 6,4 l/100km | 687 km |
a 130 km/h | 2.650 RPM | 7,5 l/100km | 586 km |
Urbano | 9,6 l/100km | 458 km |
Recuperación de 80 km/h a 120 km/h |
|
En Directa | 4,57 seg |
Conclusiones:
Consumo en ruta | Neumáticos run flat sin auxilio |
Desempeño motor/caja | Precio |
Dificultad ingreso a plazas traseras | Suspensiones algo duras en ciudad |
Estabilidad en curvas exigidas | |
Poder frenante |
Características MINI Cooper S AT |
|
Motor | nafter 4cilindros |
Cilindrada en cm3 | 1.998 |
Potencia CV/rpm | 192/4.700-6.000 |
Par máximo Nm/rpm | 280/1.250 |
Velocidad máxima km/h | 235 km/h |
Peso en kg | 1.160 |
Capacidad tanque de combustible en litros | 44 |
Capacidad de baúl dm3 | 211 |
Neumáticos | 205/45-17 |
Consumo a 100 km/h | 5,2 litros/100 km |
Consumo a 130 km/h | 7,5 litros/100 km |
Consumo urbano | 9,5 l/100 km |
Precio en u$s | 48.900 |
Garantía | 2 años sin límite de kilometraje |