El A1 era hasta hace unos meses atrás uno de los últimos productos que a Audi le faltaba renovar, pero finalmente la segunda generación del pequeño hatchback vio la luz en junio y tuvo su primera aparición en público recientemente durante el Salón de París.
Esta segunda generación plantea una evolución muy importante: además de su diseño mucho más deportivo y emparentado con sus hermanos mayores como el Q8, la introducción de más tecnología –como el virtual cockpit- y mejoras en seguridad –con nuevos sistemas de asistencia a la conducción-, se destaca por utilizar la plataforma MQB-A0 del Grupo Volkswagen, compartida con el Seat Ibiza y el Volkswagen Polo. Junto con un aumento en sus dimensiones, este cambio también trajo aparejado la discontinuación de las versiones de tres puertas: el nuevo A1 sólo se comercializará en su variante Sportback de cinco puertas.
Tras su debut en la muestra parisina, la firma de Ingolstadt también anunció que la producción del A1 ya comenzó en la planta española de Martorell (Barcelona), la misma donde se fabrican el Ibiza y el Arona, aprovechando su parentesco en cuanto a plataforma.
La prensa española le da mucha importancia a la introducción del pequeño de Audi en la línea de montaje de Martorell, ya que garantiza la continuidad de la totalidad del plantel de empleados de la fábrica e inclusive la incorporación de 500 nuevos operarios, luego de la relocalización de algunos modelos de la marca de los anillos en las plantas europeas: el Q3 que antes se producía en la fábrica barcelonense, en su nueva generación pasó a la planta de Györ (Hungría), mientras que el A1, antes fabricado en Bruselas, pasó a Martorell.
El complejo industrial perteneciente a Seat será el único en producir el hatchback de Audi, del cual se espera su llegada a nuestro país a principios o mediados del año que viene, sin precisiones hasta el momento sobre la configuración de la gama.