Como voto de confianza a sus motores TDI y para demostrar que a pesar de las cada vez más exigentes regulaciones en materia de emisiones, Audi decidió apostar por completo al diésel para su gama deportiva S. Ya se presentaron los S5, S6, S7 y SQ8 con propulsores diésel y ahora llegó el turno del SQ7, también “gasolero”.
Tal como lo señalamos a fines del mes pasado, la firma de Ingolstadt actualizó estética y tecnológicamente a su SUV más grande, tomando como inspiración su derivado más deportivo, el Q8. Como era de esperarse, este restyling también se aplicó a la versión más prestacional, denominada SQ7.
Si ya en las versiones convencionales los cambios se destacaban por dejar de lado la sobriedad por una estética más agresiva, en el SQ7 esto se refleja aún más: el paragolpes frontal recibió dos enormes tomas de aire en los extremos que lo hacen ver aún más ancho. También llaman la atención los nuevos nuevos faros Matrix Led con un diseño en forma de flecha para las luces de circulación diurna y sobre todo la enorme parrilla y toma de aire frontal, de aspecto más tridimensional, con la grilla en color negro y el marco cromado. También dispone de nuevas llantas de aleación de 20 pulgadas, con 5 rayos que dejan ver los enormes discos de freno y cálipers rojos.
En la parte trasera, también se rediseñaron el portón y las luces –con iluminación de Led en formato de flecha-, así como el paragolpes, que incorpora las protecciones en plástico negro junto con las cuatro salidas de escape en color aluminio en lugar de las dos de las variantes “normales”.
En el interior, el tablero se actualizó por completo, tanto estética como tecnológicamente, con un diseño muy parecido al que podemos encontrar en el Q8 o el A7, también de aspecto más tridimensional y deportivo. En él se destaca la incorporación de una tercera pantalla que concentra las funciones de la climatización (de cuatro zonas) y otros sistemas del vehículo, complementando al Virtual Cockpit (tablero 100% digital configurable por el conductor) y a la enorme pantalla del sistema multimedia MMI.
Como detalle distintivo, resaltan las butacas deportivas con mayor sujeción lateral, revestimientos en cuero y entramado en forma de rombos, con la S bordada en los respaldos. Estará disponible tanto con 5 como con 7 plazas.
Hace varias décadas atrás, un motor diésel podía ser sinónimo de par y autonomía, pero lejos estaban de la deportividad. Con sus campeonatos obtenidos en LeMans y el Dakar, el Grupo Volkswagen demostró que este tipo de motorizaciones también podía asociarse con altas prestaciones. Esta es la fórmula que se replicó también en el nuevo SQ7 que comparte la mecánica con el SQ8: el motor V8 TDI (bi-turbo), con una potencia de 435 CV y un impresionante torque de 900 Nm disponibles ya desde las 1.250 rpm, que se transmiten a las ruedas mediante una transmisión automática S-Tronic de 8 marchas y al conocido sistema de tracción integral quattro.
Semejante cifra de par la consigue no sólo por acción del propulsor diésel, sino también por su sistema microhíbrido o Mild-Hybrid que aporta una fuerza extra al vehículo y lo asiste en determinadas ocasiones por debajo de los 22 km/h, alimentado por una batería y sistema eléctrico de 48V, ayudado además por un compresor eléctrico para aceleraciones a baja velocidad.
Gracias a este conjunto motriz, el SQ7 acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h limitada electrónicamente.
Adicionalmente, cuenta con el sistema de suspensión adaptativa que agrega un modo dinámico denominado Drive Select. Como opcional, se ofrece un diferencial deportivo y barras estabilizadoras activas.
Su lanzamiento en Europa está previsto ya para finales de este mes: en Alemania costará alrededor de 94.900 euros para la versión de 5 plazas o 96.420 euros para la opción de 7 asientos. Todavía no hay información oficial sobre su arribo a nuestro país.
el diseño de la cola es muy clásico /elegante… no único que no me gustó