El nuevo Volkswagen Golf GTI no estará solo en el Salón de Ginebra: compartirá el protagonismo con su homólogo diésel, el Golf GTD. Así lo confirmó la marca alemana, que será una de las que más novedades exhibirá en la tradicional muestra suiza que se llevará a cabo a principios de marzo.
Por el momento, la firma de Wolfsburg sólo develó un teaser de esta versión, aunque muchas de sus características –como su mecánica- ya se conocen. Como en el resto de la gama del Golf de octava generación, Volkswagen apostó una vez más por el habitual continuismo, con pocas diferencias estéticas respecto a su antecesor. Las más significativas se observan especialmente en el sector frontal, donde, a juzgar por el boceto, pareciera que el GTD también tendría algunos detalles distintivos respecto al GTI naftero. La novedad está en el paragolpes, que en lugar de tener dividida la toma de aire central, forma parte de una enorme máscara de color negro que se extiende hasta los extremos del paragolpes y “envuelve” a las luces antiniebla. Precisamente, estos faros forman parte del entramado hexagonal de la grilla. Otra particularidad es que la parrilla cuenta con una firma luminosa de Led que acompaña a las DRL.
De esta manera, la marca resalta una vez más su apuesta por las motorizaciones diésel, incluyéndolas hasta en las versiones deportivas como desde 1982 cuando fue presentada la primera generación del GTD. Claro que para que pueda comercializarse en el mercado europeo donde ya rigen normativas muy exigentes sobre todo para este tipo de propulsores, la compañía tuvo que trabajar bastante en el propulsor y los resultados están a la vista: Volkswagen ya lo promociona como la motorización “más limpia” utilizada en un Golf y en cualquier otro vehículo. ¿Cómo logró esta reducción en las emisiones? El GTD utiliza doble inyección de AdBlue o urea, lo que bajó considerablemente el nivel de emisiones de NOx respecto a su antecesor.
Otra filtración ocurrida hace poco reveló el Golf GTD tendrá una potencia de 197 CV, unos cuantos menos que el GTI –de 245 CV- pero como ya se sabe, en un diésel no importa tanto la potencia, sino el torque que aún no fue informado. En ambos casos, la transmisión será la caja automática DSG de doble embrague y 7 marchas. Los fanáticos del hatchback mediano tendrán una difícil decisión por delante, el sonido y la respuesta del motor naftero o la eficiencia y el empuje del turbodiesel.
No es nada de otro mundo un turbodiésel de 197 CV, de hecho hay varias marcas que lo tienen desde hace varios años con 2.0 y 2.2 L de cilindrada, lo interesante es el agregado del sistema de urea que reduce emisiones muy drásticamente y hay una nueva tendencia en Europa a que resurjan los diésel con nuevas tecnologías, recordemos que hubo una fuerte campaña de DEMONIZACIÓN DEL DIESEL fundamentalmente promovida por la EURO-NCAP ya que apuntan al vehículo eléctrico, y varios intereses políticos en el medio de todo el mejunje … Además podrían surgir varios híbridos diésel en un par de años … Construir un diésel y un naftero, actualmente ya son costos muy similares, ambos tienen inyección, solo son decisiones.