El Dodge Charger y el Challenger son actualmente los dos vehículos que más representan y se mantienen fieles a la esencia del típico muscle car estadounidense: motores V8 de alta cilindrada, descomunales cifras de potencia y torque, junto con un diseño muy al gusto norteamericano, en lugar de sus rivales de Ford y Chevrolet que si bien respetan su tradición, son productos más globales. Pero la mayor contra que tienen los dos modelos de Dodge es su extrema longevidad: fueron presentados en 2005 y 2008 respectivamente y a pesar de continuas actualizaciones, no hay muchas más mejoras que se puedan introducir en su antigua plataforma LX que tiene origen en el Mercedes-Benz Clase E W211 de la época de la recordada fusión Daimler-Chrysler. Por eso, ahora bajo la dirección del Grupo FCA, ya están trabajando en sus sucesores, que podrían ser presentados hacia 2023.
A pesar de que la pandemia de coronavirus paralizó a la industria automotriz a nivel global, a excepción de algunas pruebas de puesta a punto y desarrollo, el aislamiento preventivo decretado en muchos países está dejando algunas perlitas que son interesantes para conocer. Una de ellas es la imagen y la anécdota que reveló Ralph Gilles, Jefe de Diseño del Grupo FCA. En su perfil de Instagram, publicó un boceto (imagen de portada) que anticipaba parte del aspecto que podría llegar a tener el Charger y su historia: “Nunca mostramos productos futuros en redes sociales. Pero voy a hacer una excepción para este diseño experimental de un Dodge del futuro que no saldrá del papel”, indicó y explico que la propuesta fue rechazada por un motivo relativamente simple, el diseño presentado integraba las protecciones del spoiler frontal –de color amarillo- al paragolpes.
Este detalle sigue sin gustarle a los directivos de la compañía, lo que da lugar a otra curiosa anécdota: en el despacho de la planta hacia los concesionarios para preservar la integridad de este accesorio, se le agregaba una suerte de burlete goma de color amarillo al spoiler, pero que debía ser quitada al momento de entregar la unidad. Sin embargo, a muchos dueños de Charger y Challenger’s les gustó tanto ese detalle de color, que lo mantuvieron en sus autos, lo que no agradó a la marca. Para solucionarlo, ahora esta protección es de color rosa.
Conclusión: si bien el boceto publicado por Gilles no pasará del tablero de diseño, queda comprobado que el consorcio ítalo-americano ya planea en un sucesor de ambos muscle cars y que por fin dejará todo parentesco con Daimler. La próxima generación utilizará la plataforma Giorgio –de origen Alfa Romeo y que debutó en el Giulia y el Stelvio- y podría ver la luz en 2023. Para tranquilidad de los fanáticos de ambos íconos de Dodge, no dejarán de lado los míticos HEMI V8, eso sí, hay posibilidad de que incorporen alguna variante híbrida o mild-hybrid.
Pero eso no es todo, en este caso relacionado a la generación actual del Charger, próximamente recibirá algunas novedades, lo que indica que todavía le queda bastante camino por recorrer: así como el año pasado el Challenger sumó las versión SRT Hellcat Redeye Widebody –que básicamente consiste, además del motor V8 Hellcat de 808 CV, en un kit estético con pasarruedas ensanchados-, el muscle car de cuatro puertas también incorporará esta opción. Así lo demuestran una serie de fotografías de una unidad de pruebas cazada mientras circulaba por las calles. Como particularidad, no contaba con ningún tipo de camuflaje en su carrocería, pero sí en el capot, lo que hace pensar que estrenará una nueva toma de aire para refrigerar el sobrealimentador.
Su presentación oficial debería ocurrir en los próximos meses. Podría haber sido la novedad de Dodge para el Salón de Detroit, pero finalmente los organizadores decidieron cancelar la muestra que este año estaba prevista para junio, como consecuencia de la pandemia de COVID-19.