Un día antes de lo previsto, este miércoles, salieron a la luz las fotos y datos del esperado facelift del Volkswagen Polo: el exitoso hatchback chico de la marca alemana se pone al día con leves cambios de diseño, más tecnología en su interior y una actualizada gama de motorizaciones que, curiosamente, aún no incorpora ningún tipo de electrificación.
La fórmula es la típica de la firma de Wolfsburg, con modificaciones realmente sutiles: el sector frontal recibió nuevos faros con proyectores de Led y una nueva firma luminosa. Su formato cambia levemente, invadiendo parte del paragolpes. La parrilla ahora es más fina, cuenta con un aplique de color carrocería en su parte superior y la continuación de las DRL que se extienden hasta el logo de la marca. El paragolpes posee una toma de aire más ancha y dos más en los extremos que sirven como marco para las luces antiniebla. Por último, el capot luce nervaduras más marcadas. Con esta actualización, se buscó darle un aire de familia y acercarlo a la imagen del Golf VIII.
De perfil, la única modificación fue el diseño de las llantas de aleación –diferentes para cada versión-, mientras que en la parte trasera los faros se rediseñaron y ahora se extienden más sobre la tapa del baúl. El nombre del modelo fue reubicado debajo del logo y el paragolpes incorpora un aplique que simula doble salida de escape.
Puertas adentro, recibió el nuevo volante –similar al del Golf VII o el Taos- junto con un nuevo sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 8” muy parecido al VW Play ya que no posee mandos físicos, pero con más opciones de conectividad. Asimismo, se rediseñaron los comandos del climatizador, que ahora se opera a través de un panel táctil en lugar de las más intuitivas perillas y botones. Una innovación es el paquete de asistencias IQ.Drive, con control de velocidad crucero adaptativo, alerta de cambio de carril involuntario y permite una conducción semi-autónoma hasta los 210 km/h. Con este pack, el volante agrega un panel sensible al tacto en lugar de las habituales teclas. De serie, toda la gama cuenta con frenado autónomo de emergencia y asistente de mantenimiento de carril con corrección de la dirección. Además, agrega un airbag central, ubicado entre los asientos delanteros.
Mecánicamente, tal como indicamos al principio de la nota, la gama recibió algunas actualizaciones pero no sistemas de electrificación, ni siquiera mild-hybrid. El portfolio estará compuesto por los motores nafteros 1.0 de tres cilindros y 80 CV, 1.0 TSI de 95 y 110 CV, disponibles con una caja manual de 5 velocidades o la transmisión automática DSG de doble embrague y 7 velocidades (a partir de la versión de 95 CV). La novedad es que por primera vez, el Polo no contará con opciones diésel: los clásicos TDI serán sustituidos por una variante a GNC, impulsada por un motor 1.0 TGI de 90 CV. Una buena noticia es que la variante deportiva GTI regresará hacia fin de año, aún sin datos técnicos oficiales.
Disponible en Europa en los próximos meses, la gama de versiones Trendline, Comfortline y Highline serán reemplazadas por las nuevas denominaciones Life, Style, R-Line y GTI. Para nuestra región, estos cambios se demorarán un tiempo más: el facelift sería producido y lanzado en Brasil a principios del año que viene, a la vez que también se incorporará el Polo Track –sin el rediseño-, que se posicionará como el modelo más accesible de la marca.