A principios de enero, Scania entregó a la Sociedad de Transporte de Mendoza (STM) un ómnibus impulsado a GNC para evaluar su desempeño. Dos meses después, el resultado fue tan satisfactorio que desde la empresa ya analizan la posible compra de 30 unidades este mismo año.
STM gestiona la red de transporte urbano de la capital de la provincia cuyana y sus alrededores. Actualmente cuenta con una flota de 88 unidades. De ellos, 9 son metro tranvías eléctricos de dos vagones, 18 son buses eléctricos y los 61 restantes son buses diésel. De acuerdo a Daniel Vilches, presidente de la compañía, los elevados valores de mantenimiento y reposición de los vehículos eléctricos y la capacidad de autonomía dificultan su utilización, por lo que los colectivos a GNC resultan una opción ideal ya que encuadran también con su estatuto, que obliga a reducir las emisiones contaminantes: “Hemos medido en forma semanal los niveles de contaminación y el aporte fue sustantivo, ya que la reducción fue de entre 50% y 60% en azufre, CO2 y micropartículas. La matriz energética de la región está cambiando. Eso nos hace pensar que el GNC puede ser una alternativa para el transporte público de pasajeros en la provincia de Mendoza y en la Argentina”, afirmó Vilches.
Durante esos dos meses, el bus recorrió 8.000 kilómetros, transportando alrededor de 5.000 pasajeros. Una vez realizada la puesta a punto de la unidad, mediante la colaboración entre STM, Scania y el concesionario AVC, el ómnibus prestó servicio 16 horas al día en dos recorridos, de 230 y 285 kilómetros, respectivamente. Según los datos registrados en ese período, el ahorro anual en combustible de cada unidad, en comparación con vehículos diésel, rondará los U$S 15.000.
“Estamos muy conformes con el rendimiento de la unidad Scania: es muy versátil y amigable para los choferes, son buses de clase mundial, que se adaptan claramente a lo que pretendemos”, destacó al respecto el presidente de STM y valoró el respaldo que recibió por parte de la marca sueca, con la capacitación y el seguimiento de los conductores, así como también en la puesta a punto de la unidad para adecuarla a los requerimientos del recorrido.
El ómnibus, un Marcopolo Torino Low Entry –con piso bajo, rampa para personas con movilidad reducida, aire acondicionado, suspensión neumática y tres puertas laterales-, está equipado con un motor Scania de 9 litros, cinco cilindros y una potencia de 280 CV, lo que otorga un alto torque a bajas revoluciones y asegura un menor consumo de combustible. El nivel de ruido emitido es considerablemente más bajo, al mismo tiempo que otorga más confort, robustez, durabilidad y una autonomía de 290 kilómetros. Además, posee el freno auxiliar Retarder, un dispositivo hidráulico que disminuye la velocidad de manera suave y contundente, sin necesidad de accionar los frenos de servicio, beneficiando el confort de marcha e incrementando la vida útil del sistema de frenado: “Casi no usé el pedal, el Retarder es mucho más práctico y te da mucha seguridad”, remarcó Noelia Tejada, una de las cuatro conductoras de STM que estuvieron a cargo de la prueba. Tal como señalamos anteriormente, el objetivo de la empresa es reemplazar en 2021 el 100% de su flota diésel por unidades a GNC.