Tanto Verstappen com Stroll sufrieron reventones en el neumático trasero izquierdo y la sospecha inicial apuntaba a que los elementos diseminados en la pista podían haber sido la causa de los incidentes. Esta teoría se vio reforzada por el hecho de que, durante el periodo de bandera roja provocado por el incidente de Verstappen, se vio que otros coches habían sufrido cortes en sus neumáticos.
En un intento de llegar al fondo de lo sucedido, Pirelli llevó los neumáticos a su sede de Milán para un análisis detallado en sus laboratorios. El martes, antes del GP de Francia, la empresa italiana de neumáticos emitió un comunicado en el que dejaba claro que las roturas no se debieron a un fallo de producción, ni al desgaste, ni a la delaminación.
Este análisis también tuvo en cuenta los neumáticos utilizados por otros coches en la carrera, que tenían el mismo o mayor número de vueltas en comparación con los que resultaron dañados. El proceso estableció que no había ningún defecto de producción o de calidad en ninguno de los neumáticos; tampoco había ningún signo de fatiga o delaminación.
Las causas de los dos fallos en los neumáticos traseros izquierdos de los coches de Aston Martin y Red Bull han sido claramente identificadas. En cada caso, se debió a una rotura circunferencial en el flanco interior, que puede relacionarse con las condiciones de rodaje del neumático, a pesar de haberse seguido los parámetros de arranque prescritos (presión mínima y temperatura máxima de la cubierta).
Como resultado de este análisis, Pirelli ha presentado su informe a la FIA y a los equipos. La FIA y Pirelli han acordado un nuevo conjunto de protocolos, incluida una directiva técnica mejorada que ya se ha distribuido, para supervisar las condiciones de funcionamiento durante un fin de semana de carreras, y considerarán cualquier otra acción apropiada.