La gama ID no tendrá la exclusividad de la electrificación total, también los modelos convencionales de Volkswagen podrían sumar a corto o mediano plazo versiones 100% eléctricas, entre ellos el Vento (Jetta), uno de los pilares de la marca en el mercado norteamericano.
Así lo dio a entender un vocero de la firma de Wolfsburg durante la presentación del facelift del sedán mediano en Estados Unidos: “Los nombres convencionales no están fuera de los planes de electrificación, definitivamente están entre nuestras opciones”, afirmó y aseguró que los futuros modelos de la gama ID podrán convivir con los productos más tradicionales adaptados a EV. Si bien puede parecer un poco extraño este “anuncio” considerando que Volkswagen apuesta a futuro por los eléctricos desarrollados desde cero, resulta una jugada lógica para el objetivo de la compañía de incrementar las ventas de este tipo de vehículos un 70% en Europa y un 50% en China y Estados Unidos. Además, responde a la demanda de los compradores norteamericanos: muchos de ellos prefieren un auto eléctrico con una apariencia convencional en lugar de un diseño futurista como el del ID.3 o ID.4. Entonces, contar no sólo con la gama ID sino con versiones eléctricas de productos tradicionales como el Jetta (Vento), Tiguan o Atlas facilitará el crecimiento de las ventas que busca la marca.
Por supuesto, aún es muy prematuro hablar o anticipar sus características, pero en el caso del Vento debería ofrecer un rendimiento similar al ID.3 o al discontinuado e-Golf, con más de 200 CV y una autonomía de más de 300 kilómetros. Esto, a la vez, indicaría también la continuidad del sedán mediano a futuro.
Por el momento, el Jetta recibió una sutil actualización estética con modificaciones en la parrilla, los paragolpes y las llantas de aleación, mientras que las principales novedades se concentran en su equipamiento: las versiones más equipadas agregan WiFi 4G, cargador inalámbrico, conexión inalámbrica para Android Auto y Apple CarPlay. En seguridad, suma el paquete de asistencias a la conducción IQ.Drive desde la versión intermedia, compuesto por frenado autónomo de emergencia con detección de peatones, alerta de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero, control de velocidad crucero adaptativo, asistente de dirección y de emergencia.
Mecánicamente, deja de lado el motor naftero 1.4 TSI por su evolución, el nuevo 1.5 TSI –con compresión variable y nuevo recubrimiento en las paredes de los cilindros- de 160 CV y 25,4 kgm de torque, más eficiente y de menores emisiones. Estará disponible tanto con una caja manual de 6 marchas como con una transmisión automática con convertidor de par de 8 velocidades. Por su parte, la deportiva GLI mantiene el motor 2.0 TSI de 230 CV y 35,7 kgm de torque, pero en lugar de la caja automática DSG de doble embrague de 6 marchas, incorporó la nueva DSG de 7 velocidades. También se ofrece una caja manual de 6 marchas como opción.