La transición a la electrificación abarca a todos los productos, incluso a los más icónicos dentro de la gama de Mercedes-Benz. Hace algunas semanas atrás anticipamos que la firma de Stuttgart estaba trabajando en una versión 100% eléctrica del Clase G y efectivamente tuvo su debut en el Salón de Munich bajo la denominación que esperábamos, EQG.
Habitualmente, en sus autos eléctricos la mayoría de las marcas quieren transmitir una sensación de modernidad e innovación, mostrar un vehículo futurista en comparación con los convencionales. Pero esto no es algo que se aplica en el EQG, ya que lo que se buscó fue mantener el aspecto general del mítico Gelandewagen. Las diferencias con el Clase G con motor de combustión son bastante pocas y puntuales: en el sector frontal el marco que une los faros y la parrilla fue pintado de color negro brillante y la parrilla –al ser carenada- cuenta con iluminación Led como en los demás productos de la familia EQ. Las tomas de aire del paragolpes permanecen, mientras que de perfil y en la parte trasera tampoco hay modificaciones importantes, salvo el diseño de las llantas de aleación y un panel iluminado imitando a un wallbox donde suele estar la rueda de auxilio, accesorio que en este caso fue utilizado para guardar los cables de carga. Para hacer más llamativo al prototipo se le agregaron luces de Led en las nervaduras de los laterales, la carcasa de los espejos –con el logo EQ- y en el portaequipaje del techo. También cuenta con una vistosa pintura bi-tono en la carrocería que combina el clásico gris plata con el negro.
Puertas adentro, como era de esperarse, no hay cambios con respecto al Clase G que en su última generación se destacó por el salto en modernidad que dio, con un enorme display –dos en realidad, de 12,3” cada una- para el instrumental y para el sistema multimedia, salidas de aire tipo turbina de avión junto con materiales y terminaciones de primer nivel, prácticamente artesanales. Todo esto hace pensar que la versión de producción no debería tardar mucho en las calles, al ser una adaptación de un modelo de serie en lugar de un desarrollo desde cero.
Mecánicamente, Mercedes-Benz que además de su característico aspecto, una de las claves del Gelandewagen es su capacidad en el uso off road y para ello decidió dotar al EQG con cuatro motores –uno en cada rueda-, permitiendo repartir el torque y la potencia de manera individual. La transmisión corre por cuenta de una caja automática de dos velocidades, una de las cuales es para uso fuera del asfalto, ya que funciona como una reductora. Las cifras de potencia, par y la capacidad de las baterías –así como su autonomía- por ahora son un misterio, pero se habla de unos 500 CV y más de 400 kilómetros con una sola carga tomando como referencia otros eléctricos de la gama EQ. Conservar sus capacidades todoterreno es tan importante para la marca que asegura que el EQG será capaz de subir al Schöckl, una montaña de Austria de 1.445 metros de alto con pendientes de hasta 60º, escenario donde fue probado el prototipo.
Tal como señalamos anteriormente, dado su nivel de desarrollo, la versión definitiva no debería tardar mucho en llegar: se habla del 2023 como año de lanzamiento. ¿Podrá sustituir la imagen del modelo actual con sus potentes motores V8 que a pesar de su elevado precio tiene una lista de espera de más de un año en algunos países?