Ford se tomó muy en serio su estrategia de electrificación y no es para menos ya que de ella depende el futuro de la compañía y, al igual que en sus inicios, la compañía que pueda adaptarse más rápido y masificar su producción, será líder en esta nueva era de la industria automotriz. Es por eso que la marca junto con SK Innovation anunciaron una inversión de U$S 11.400 millones para construir una nueva planta de producción para la F-150 Lightning y tres gigafábricas para la producción de baterías en Estados Unidos.
Tal como señalamos anteriormente, se trata de la mayor inversión realizada por la compañía en sus 118 años de historia y generará más de 11.000 nuevos puestos de trabajo. Las tres plantas de baterías serán instaladas en Stanton (Tennessee) y dos en Glendale (Kentucky), cuyo inicio de operaciones está previsto para 2025. A modo de referencia, la fábrica de Tennessee será tres veces más grandes que la icónica Flat Rock en Michigan: “Para nosotros este es un verdadero punto de inflexión, este es el momento en que decidimos lanzarnos definitivamente al dominio de los autos eléctricos”, afirmó Lisa Drake COO de Ford América del Norte en una entrevista con la agencia Reuters.
Además de las fábricas de baterías, Ford y SK Innovation decidieron crear una nueva planta dedicada exclusivamente a la producción de la F-150 Lightning para satisfacer la enorme demanda que existe para adquirir la versión 100% eléctrica de la pick up full size, que la llevó a duplicar el volumen de fabricación previsto inicialmente. Asimismo, en la gigafábrica de Stanton también se construirá un nuevo campus para 5.800 personas denominado Blue Oval City, que estará dedicado al entrenamiento de los operarios, una nueva planta de producción de vehículos eléctricos y una planta para proveedores.
Por supuesto, la sustentabilidad, el reciclaje de residuos y el menor impacto ambiental serán parte esencial del proyecto. En ese sentido, también se firmó un acuerdo con Redwood Materials para trabajar en la economía circular y el reciclaje de las baterías. La elección de los lugares donde serán emplazadas las nuevas fábricas no fueron al azar, sino debido a los incentivos otorgados por el gobierno estatal, de nada menos que U$S 500 millones en el caso de Tennessee, mientras que el estado de Kentucky cedió un área de 6 millones de metros cuadrados y un incentivo de U$S 300 millones.
