La electrificación avanza implacable, ni los vehículos más icónicos y relacionados con los motores de combustión se salvan: Ford ya confirmó que la próxima generación del Mustang tendrá versiones híbridas y ahora es Porsche la que anticipó que el 911 también recurrirá a la tecnología híbrida a corto plazo, marcando un antes y un después para el deportivo alemán como cuando pasó de contar con un propulsor refrigerado a aire a adoptar el bóxer refrigerado por agua.
Sí, ni el más clásico de los Porsche se salva, pero para alegría de los más puristas, desde la firma de Stuttgart aseguran que no perderá su esencia y que el uso de un sistema híbrido apuntará a mejorar la performance, sin descuidar la eficiencia. “No será un híbrido enchufable, sino un híbrido muy deportivo procedente del automovilismo”, sólo esas pistas dio Oliver Blume, CEO de Porsche, a la web Automobilwoche.
¿Qué significa esto? En primer lugar, queda descartada la opción plug-in hybrid debido a dos inconvenientes: por un lado, la necesidad de contar con una batería más grande para otorgarle una autonomía aceptable en modo eléctrico haría que el peso del vehículo se incremente considerablemente, algo que va en contra de un deportivo como el nueve-once. Por otra parte, si ya de por sí el motor bóxer, sus periféricos, el turbo y demás componentes entran muy justos en el vano, adicionar un propulsor eléctrico y sus baterías sería práctica o totalmente imposible. Entonces, ¿Cuál sería la solución? Blume sólo dijo que utilizará un sistema procedente del automovilismo… analizando esta frase, hay que recordar que el Grupo Volkswagen y la propia Porsche tienen experiencia utilizando el KERS, un sistema que aprovecha la energía cinética del auto, la acumula en una batería y la transmite en forma de potencia directamente a la transmisión. Está compuesto de un generador-motor eléctrico conectado a los frenos.
La primera prueba en un modelo de calle lo hizo Lamborghini con el Sián FPK37, equipado con un motor V12 asociado a un pequeño motor eléctrico de 34 CV alimentado por la energía almacenada en un supercondensador. Las ventajas son su potencia, tres veces más que una célula de batería y también es tres veces más ligero. No podrá recorrer muchos kilómetros en modo eléctrico, pero sí contar con un plus de rendimiento, tal como quiere la firma de Stuttgart.
Por el momento no está definida la fecha de llegada del 911 híbrido, pero se habla que estaría listo entre 2024 y 2025. Según medios de prensa europeos, las pruebas sobre un prototipo ya se están llevando a cabo en el mítico circuito de Nürburgring y la idea es que se posicione por encima del actual 911 Turbo S, con una potencia total que podría rondar los 700 CV.