Las joint-venture eran hasta hace poco tiempo un requisito para que la automotrices extranjeras puedan desembarcar en China, sí o sí debían asociarse con un fabricante local. Sin embargo, el gobierno del Gigante Asiático decidió que a partir de este año ya no sea obligatorio por lo que es muy probable que estos acuerdos se disuelvan. Si bien hay casos en los que seguramente se mantengan debido a su éxito como Peugeot con Dongfeng, Volkswagen con FAW o JAC, o GM y SAIC, hay otros en que no correrán la misma suerte: uno de ellos es la alianza entre Stellantis y GAC, que próximamente se dará por finalizado.
Establecido desde hace doce años con el objetivo de producir en China varios SUV’s de Jeep, el principal motivo es la rentabilidad. El Gigante Asiático es uno de los pocos mercados donde la firma estadounidense no ha logrado crecer, sino que al contrario, bajó considerablemente su participación en los últimos años, afectado en muchos casos por problemas de calidad. Guangzhou Automobile Group (GAC) fabricaba allí los Jeep Cherokee, Renegade, Compass y Grand Commander, de hecho, el restyling del Compass debutó en China antes que en nuestra región. A modo de referencia, las ventas de la marca pasaron de 200.000 unidades en 2017 a apenas 74.000 unidades en 2019 y no hay perspectivas de mejoras.
Curiosamente, hasta hace un tiempo atrás, Stellantis tenía intenciones de aumentar su participación en la joint-venture con GAC, pasando del 50 al 75% dado que las nuevas medidas del gobierno lo permitían, pero finalmente no se dio y la estrategia dio un giro de 180º grados. Aunque la ruptura fue de común acuerdo, el consorcio ítalo-americano-francés decidió tomar por completo sus operaciones en el mercado chino: a partir de los próximos meses, toda su gama será importada, algo que encarecerá el precio de sus vehículos aunque estará compensado por una mejor calidad, lo que estiman que será muy valorado por el público local. Además, mantendrá su red de concesionarios y apostará fuertemente por su gama de híbridos 4xe.
La fallida historia de Stellantis con GAC se inició en 2009 –aunque hubo un primer acuerdo entre 1984 y 2006 con la desaparecida AMC, absorbida por Chrysler y luego por FCA-. Ese año se fundó la GAC Fiat Automobiles Co. Ltd., con una participación dividida obligatoria del 50/50 para cada compañía. En 2012 se inauguró la primera planta en Changsha destinada a producir los Fiat Viaggio y Ottimo, mientras que en 2016 abrió las puertas la fábrica de Cantón. Un año antes se había iniciado la producción de vehículos de Jeep, marca que pasó a ser la única del Grupo FCA comercializada en China tras la discontinuación de Fiat. Tal como señalamos antes, se llegaron a fabricar el Cherokee, Renegade, Compass y Grand Commander, pero el exceso de capacidad debido a las bajas ventas comenzó a dinamitar la alianza. La primera consecuencia fue el cierre del complejo industrial de Cantón en marzo y ahora la ruptura total de la joint-venture.
Más allá de que la alianza no haya funcionado, Stellantis seguirá apostando por el mercado chino y se planteó un objetivo optimista, facturar 20.000 millones de euros hacia 2030, muy por encima de los 3.900 millones de euros que obtuvo en 2021 en China, India y la región Asia-Pacífico. Además, mantendrá su otra joint-venture con Dongfeng, que sí le ha reportado grandes beneficios. Tampoco será tan mala noticia para GAC, ya que la compañía aprovechó el acuerdo para ganar experiencia en el desarrollo y producción de automóviles.