Finalmente llegó el día del antes y el después de Ferrari, una fecha que representa la primera vez de muchas cosas aunque al menos los más puristas pueden quedarse tranquilos de que se mantuvo la esencia de la marca: este martes la firma de Maranello presentó el Purosangue, su primer SUV y su primer vehículo de cuatro puertas. Como ya se sabe, hoy por hoy los Sport Utility Vehicles son claves para obtener ganancias y multiplicar las ventas y ni el propio Cavallino Rampante pudo sucumbir a la tentación.
Aunque la propia marca evita a toda costa definirlo como un SUV –“Nosotros no lo llamamos SUV”, repitió varias veces durante la presentación Benedetto Vigna, CEO de Ferrari-, encaja perfecto con el concepto de utilitario deportivo. Estéticamente, las fotos espía que se habían filtrado meses atrás eran correctas. En el frente se destaca su agresivo diseño con faros ubicados más atrás de las DRL de Led que dividen las ópticas, más la enrome toma de aire del paragolpes y dos en los extremos. El capot muestra líneas curvas y musculosas y como en todo SUV, cuenta con protecciones de color negro brillante en los pasarruedas. De perfil, si bien es más alto que cualquier superdeportivo de la marca, no llega a las medidas de otros de sus rivales, por lo que su silueta es más estilizada. Por último, en la parte trasera cuenta con los característicos faros dobles por lado –aunque con un formato más rectangular- junto con líneas curvas y angulosas. Mención aparte para el enorme difusor que funciona a la vez como protección adicional y las cuatro salidas de escape. Como particularidad, las puertas traseras son de apertura suicida, lo que facilita el acceso a las plazas posteriores y lo diferencian de otros competidores como el Aston Martin DBX o el Lamborghini Urus.
Puertas adentro, se respira un ambiente cargado de deportividad pero también de refinamiento y lujo, más que en las coupés de la marca dado que además de prestacional, el Purosangue también tiene un perfil más ejecutivo. Cuenta con cuatro butacas individuales, cuidadosamente tapizadas y con una forma muy anatómica y un tablero que sobresale por su tecnología, con una enorme pantalla para el instrumental con las salidas de aire a los costados y otra similar para el sistema de infoentretenimiento ubicada del lado del acompañante. En el centro posee otro display táctil para operar la climatización y otras funciones junto con unas pocas teclas y mandos físicos ubicados sobre el túnel central.
Tal como veníamos anticipando, donde sí se mantiene intacta la esencia de Ferrari es en su mecánica: nada de electrificación –aunque sabemos que en un futuro no tan lejano no quedará otra opción que incorporar estos sistemas-, el Purosangue está impulsado por el mítico V12 de 6.5 litros, aspirado, que entrega una potencia de 725 CV y 73 kgm de torque, pudiendo estirar las revoluciones hasta las 8.250 vueltas. La transmisión, ubicada en el eje trasero para conseguir una buena distribución del peso (49/51), es automática de doble embrague y 8 velocidades, con opción secuencial desde las levas al volante. Posee tracción integral con un sistema similar al de la GTC4Lusso, que sólo acopla el eje delantero cuando las ruedas traseras pierden tracción o cuando circula a más de 200 km/h. Con semejantes cifras, sus prestaciones están a la altura de cualquier superdeportivo de la marca: puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima superior a los 310 km/h.
Lo que no tiene de electrificación el motor, sí lo tiene la suspensión: posee un sistema de actuadores activos de 48V que regulan el movimiento de los amortiguadores y la altura del vehículo de manera completamente automática para reducir el balanceo de la carrocería y lograr un comportamiento similar al de sus deportivos convencionales.
Todo este conjunto de novedades, lujo, cifras y prestaciones tiene su precio: el Purosangue costará unos 390.000 euros como precio base, a lo que habrá que sumarle impuestos y opcionales. ¿Se convertirá en uno de los modelos más vendidos de Ferrari? Probablemente sí.
como siempre Ferrari diferenciándose.. la pantalla multimedia esta dedicada al pasajero mientras el conductor enfocado en la conducción. la puertas posteriores abren en sentido opuesto demostrando que no es un SUV para el uso citadino y cotidiano..