Ford avanza en el desarrollo del que será el nuevo integrante de su gama 100% eléctrica, un SUV surgido de la alianza firmada con Volkswagen, que cedió la utilización de la plataforma MEB. Con su presentación prevista para marzo –la fecha exacta aún no fue definida-, salieron a la luz recientemente varias fotografías de los test de rodaje, mostrando algunos rasgos de su diseño.
Más allá de compartir plataforma con el ID.4, el planteo de la marca del óvalo será completamente distinto al de su par alemana e incluso al de otros SUV’s de su gama: en lugar de líneas curvas, Ford apostará por un diseño más cuadrado, más al estilo norteamericano como el de la Explorer, con volúmenes y su silueta bien definida. Las fotos llegan a mostrar parte de los grandes faros delanteros y de la línea de cintura, bastante alta y ascendente hacia atrás. El espeso camuflaje de su carrocería no permite por ahora identificar más detalles, pero por su porte, se ubicaría un escalón por encima del Kuga/Escape.
Vale recordar que hasta ahora sólo se conocía una foto “oficial” del vehículo, una imagen en la que un directivo de la compañía levantaba levemente la funda que cubría al SUV revelando algunos detalles de su diseño, como parte de los faros delanteros y el paragolpes. Aquel pequeño adelanto ya daba cuenta que no posee ninguna similitud o parecido con el Volkswagen ID.4, con el que comparte arquitectura y posiblemente mecánica y baterías.
Este SUV forma parte de los cuatro lanzamientos de la marca previstos hasta 2024 en el Viejo Continente: el primero de ellos fue el Mustang Mach-E que viene logrando excelentes cifras de ventas. Lo seguirá la versión 100% eléctrica del Puma y este nuevo C-SUV, reconocible sólo por su firma luminosa. Por último, se incorporará un SUV coupé o “Sport Crossover” como indica una imagen publicada por la compañía hace algunos meses atrás.
Si bien, como suele ser habitual en Ford, no brindaron ningún anticipo de sus características técnicas, todo parece indicar que serán prácticamente idénticas a las del ID.4. El C-SUV de Volkswagen se ofrece con dos capacidades de batería, Pure con una capacidad neta de carga de 52 kWh, que permite un alcance de hasta 348 kilómetros según el ciclo WLTP; y Pro, con baterías de 77 kWh que logra una autonomía de hasta 522 kilómetros, también según el ciclo WLTP. Estas baterías se pueden asociar con tres motorizaciones eléctricas, de 170 CV y 204 CV -esta última puede acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima limitada a 160 km/h-, más la opción deportiva, el ID.4 GTX, que agrega un motor adicional para contar con tracción integral y eleva la potencia a 299 CV –en este caso, acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos y alcanza 180 km/h de velocidad máxima (limitada).
Con su nombre aún desconocido, se sabe que será producido en la planta alemana de Colonia, que hasta ahora fabricaba el Fiesta y el Focus, modelos que están atravesando el final de su vida comercial y que no tendrán un reemplazo. Seguramente en las próximas semanas, previas a su debut, se filtrarán más datos y características.