Es uno de los productos –o para muchos el más- importante de Peugeot, un vehículo que atravesó generaciones, marcó una época y fue desde el primer 0km de muchos o el auto más deseado de otros, con las recordadas versiones cabriolet (CTi), la deportiva GTi y la bestial T16 derivada directamente del prototipo de rally: el 205 está cumpliendo 40 años.
La idea de su creación se gestó a finales de la década del 70 y tuvo como padre a Jean Boillot, miembro del consejo de administración de Peugeot quien sugirió al resto de la cúpula directiva la necesidad de contar con un nuevo auto pequeño que sería mucho más que un modelo urbano, un auto polivalente, tan cómodo en la ciudad como en las rutas rurales, capaz de transportar a una familia pequeña, y también accesible.
Para ello, aunque la firma del león contaba con la colaboración de Pininfarina –diseñador de algunos de los modelos más recordados de la marca como el 404, 504 o el 406 Coupé-, el 205 fue obra de los estilistas de la compañía, dirigidos por Gérard Welter quienes ganaron el concurso organizado internamente, con un diseño mucho más moderno y fluido -Pininfarina finalmente se encargó de la versión descapotable-. Fue un diseño que inauguró algunos signos distintivos que se encontrarían en los futuros Peugeot, por ejemplo, la parrilla con barras horizontales y la banda entre las luces traseras. El interior, por su parte, lleva la firma de Paul Bracq.
Lanzado el 24 de febrero de 1983 en Francia, el 205 representó el desembarco de la firma gala en el segmento ahora denominado B-Hatch. Era un auto compacto pero espacioso, práctico, eficiente y económico de mantener. Además, fue el primer automóvil de la marca en adoptar barras de torsión en la parte trasera, con el fin de liberar más espacio en el compartimiento de pasajeros. También fue pionero en recibir la nueva familia de motores XU, como el XUD7, un propulsor de cuatro cilindros de 1.769 cm3 con 60 CV, que se destacaba por su consumo promedio de apenas 3,9l/100 km. Tal como señalamos anteriormente, otro de los pilares de su éxito fue la variedad de versiones y configuraciones: el hatch contó con una gama tan amplia de motores que iban desde los 45 hasta los 200 CV, incluyendo hasta una opción con caja automática, algo prácticamente inédito en su segmento.
Mención aparte para su palmarés deportivo: en 1984, bajo el impulso de Jean Todt, Peugeot entró en la categoría reina del Campeonato del Mundo de Rallyes, el famoso Grupo B, con el 205 Turbo 16. Durante esta primera temporada, Ari Vatanen causó una fuerte impresión al ganar tres rallyes. En 1985 y 1986, el 205 T16 le permitió a la marca ganar el título mundial de fabricantes y a Timo Salonen (1985) y Juha Kankkunen (1986) llevarse el título de pilotos. Con la eliminación del Grupo B a finales de 1986, Jean Todt sugirió que Peugeot entrara con T16 en el mítico París-Dakar. Desafío aceptado y ganado de forma consecutiva en 1987 y 1988, al mando de Ari Vatanen y Juha Kankkunen respectivamente.
Apodado “el número sagrado” por una publicidad de la época, el 205 finalizó su ciclo comercial en 1998, reemplazado por otro exitoso producto como el 206. En sus 15 años de producción fueron fabricadas 5.278.050 unidades, cifras que muchos años después fueron superadas justamente por el que fue su sucesor. Hoy por hoy su esencia se mantiene viva en el actual 208, modelo producido en la planta de El Palomar y que le devolvió el primer lugar a Peugeot en su categoría.