Faltan pocos días para que el nuevo ID.7 sea presentado oficialmente en el Salón de Shanghai, sin embargo hace unos días atrás se filtró su diseño y algunos datos sobre sus características. Aún así, Volkswagen se tenía reservadas algunas sorpresas, como es el caso de su motor –o al menos el de una de las versiones-: estrenará el nuevo propulsor APP550, que promete un mayor grado de eficiencia y rendimiento.
Así lo reveló la propia firma de Wolfsburg que dio a conocer varios detalles técnicos, incluyendo sus cifras de rendimiento y componentes. Producido en la planta alemana de Kassel, también será utilizado por otros productos del grupo como el Audi Q4 e-tron y el Cupra Tavascan, pero su debut está reservado para el sucesor del Passat sedán.
De acuerdo a la compañía y a medios de prensa europeos que se hicieron eco de esta develación, el nuevo motor se basa en el concepto todo en uno, integrando en la misma unidad todas sus piezas, no sólo la transmisión, sino también el inversor, el diferencial y el sistema de refrigeración mediante aceite y agua, lo que permite liberar espacio en otros sectores de la plataforma MEB.
La denominación APP550 hace referencia justamente a su torque, de 550 Nm –aunque este valor depende también de la relación final de la transmisión-, mientras que la potencia llega a 285 CV (210 kW), cifra que podría variar según las versiones y vehículos que lo equipen. El estator cuenta con un cable más grueso, que permite una mayor transmisión del flujo de corriente entre sus componentes. El rotor, que se encuentra dentro de esta pieza, dispone de un imán permanentemente excitado que también es más potente. Los ingenieros de la marca también han rediseñado por completo el inversor, ahora controlado por pulsos, de manera que controla el flujo de potencia en función de la demanda de ésta. La firma ha ajustado las frecuencias para ofrecer un funcionamiento más eficiente en ciertos regímenes del motor, entregando un flujo extra de energía cuando se pise el pedal a fondo.
Otra novedad tiene que ver ya no con el propulsor o unidad de potencia, sino con su sistema de refrigeración, que en este caso será doble: una bomba eléctrica a demanda aprovecha los engranajes de la transmisión para distribuir el aceite y disipar el calor generado por el motor eléctrico a un intercambiador de calor, mientras que el agua se encarga de mantener una temperatura óptima de funcionamiento en el estator. Unas mejoras que permitirán gestionar la transmisión de energía de la batería a los motores eléctricos y así aumentar la autonomía.
Con este nuevo desarrollo, Volkswagen quiere demostrar sus capacidades y las de la plataforma MEB, que aún tiene varias evoluciones por delante.