Llegó el día y uno de los estandartes de Toyota en Europa tuvo su esperado debut y renovación: la firma nipona presentó la segunda generación del C-HR, que plantea profundos cambios respecto a su antecesor pero manteniendo su esencia, con mucha más tecnología y ahora sí una performance a la altura de su imagen.
Desarrollado sobre una evolución de la plataforma TNGA-C, el SUV Coupé de Toyota no varió mucho en dimensiones a pesar de que su apariencia en imágenes así lo parece, de hecho, su longitud se redujo en unos tres centímetros: mide 4.360 mm de largo, 1.830 mm de ancho, 1.564 mm de alto y posee una distancia entre ejes de 2.640 mm.
Donde sí da un importante salto es en estilo, con un diseño inspirado en la gama eléctrica de la marca –beyond Zero- y en el nuevo Prius. Su aspecto ya había sido anticipado por el Prologue Concept y de hecho la versión de producción es prácticamente una pasada en limpio del prototipo, especialmente en el sector frontal con los faros finos y alargados en forma de C, más una gran toma de aire parcialmente carenada. Su silueta mantiene parte de los rasgos del modelo actual, con las ventanillas delanteras más grandes que las posteriores, mientras que las manijas de las puertas traseras si bien se llegan a observar, están al ras de la carrocería. Al igual que el Aygo X Cross, cuenta con pintura bitono en la carrocería. Más llamativo aún es el remate posterior, con faros ubicados donde termina la luneta, de formato rectangular y que se extienden a lo ancho del portón junto con un prominente paragolpes, con trazos muy marcados y una protección en su parte inferior. La unidad de las fotos de prensa corresponde a la versión GR Sport, que resalta aún más su aspecto agresivo.
Su interior también fue replanteado por completo: el tablero luce ahora un estilo más tridimensional y con un claro aire deportivo, con revestimientos en cuero y alcántara con costuras y detalles en rojo. También llaman la atención la enorme pantalla de 12,3” del sistema multimedia Toyota Smart Connect, compatible con Android Auto/Apple CarPlay, con las salidas de aire por debajo y el gran display de 12,3” para el instrumental, que puede ser configurado por el conductor. Cuenta además con un sistema de iluminación ambiental personalizable en 64 colores.
Por supuesto dispone de un completo paquete de sistemas de asistencia a la conducción de serie en toda la gama, compuesto por control de velocidad crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril, parada en caso de emergencia del conductor, frenado autónomo de emergencia, alerta de cambio de carril involuntario y luces altas automáticas, entre otros ítems.
El tercer punto donde el nuevo C-HR marca una diferencia aún más notable con respecto a su antecesor es en su mecánica, con más opciones y niveles de potencia mucho más acorde a su imagen deportiva, todo esto, maximizando la eficiencia. En Europa sólo será comercializado en versiones electrificadas, con una gama de cuatro versiones con mecánicas heredadas del Prius: el portfolio comienza con la variante 140H (híbrida autorrecargable), con un propulsor naftero 1.8 asistido por un motor eléctrico que entregan en conjunto 140 CV. Le sigue la versión 200H, que cambia el motor 1.8 por un 2.0, elevando la potencia total a 198 CV y la opción 200H AWD-i, que como su nombre lo indica, dispone de tracción integral al incorporar un tercer motor en el eje trasero. Esta versión puede acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 7,9 segundos.
En el extremo de la gama aparece la variante híbrida enchufable 220 PH, que incrementa la potencia del motor eléctrico llegando a 223 CV. En este caso, cuenta con una batería de iones de litio de 13,8 kWh de capacidad que le permite lograr una autonomía de hasta 66 kilómetros en modo eléctrico y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos. En todas las versiones, la velocidad máxima está limitada a 180 km/h para preservar el consumo de la batería.
Disponible actualmente en Europa sólo para reservas, las primeras entregas y su llegada a los concesionarios recién se concretarán en diciembre. Por ahora no está previsto su lanzamiento fuera del Viejo Continente.
Por mi se lo pueden comer con patatas, es feo a más no poder. El anterior le da mil vueltas en diseño y «agresividad»