A pesar de seguir manteniendo un muy buen nivel de ventas, esta es la última oportunidad de adquirir un Charger o un Challenger 0km: Dodge anunció que cerrará la lista de pedidos de sus icónicos muscle car a fines de julio, el indicio más claro que su producción está muy próxima a finalizar. Una vez que sean fabricadas todas las unidades encargadas, ambos productos saldrán del mercado, poniendo fin a la era de los motores V8 de alta cilindrada de la firma estadounidense y encarando la electrificación total.
Lamentablemente es la crónica de un final anunciado. Ya en 2021 Tim Kuniskis, CEO de Dodge, había anticipado a la revista Motor Trend que los dos muscle cars dejarían de ser fabricados hacia 2024. En la firma estadounidense saben muy bien que la electrificación genera una grieta ante el público y sus clientes: están los que le dan la bienvenida y los que la rechazan por completo, de hecho, Kuniskis admitió –no sabemos si en chiste o en serio- que hasta recibió amenazas de muerte. Para dejar contentos a ambos, se implementará una estrategia denominada Never Lift: en los próximos 24 meses –o dos años-, la marca develará tres nuevos vehículos que apuntarán a cada tipo de público. En 2024, los actuales Challenger y Charger serían reemplazados por sendos productos desarrollados sobre una nueva plataforma, aunque podrían conservar su nombre. La tercera novedad abrirá las puertas de la electrificación y de hecho ya fue lanzada, el Dodge Hornet, basado en el Alfa Romeo Tonale y que cuenta con una variante híbrida enchufable.
Vale recordar que además de las versiones de serie de sus muscle cars, la marca presentó el año pasado las series Last Call, siete ediciones especiales para despedirlos. Las últimas fueron los Charger y Challenger Swinger, de las que sólo fueron producidas 2.000 unidades.
Como es habitual en la marca, esta serie toma su denominación de otro ícono de la era dorada de los muscle cars, el Dart Swinger. Caracterizados por su color verde –o blanco- junto con una franja en un tono más claro en la parte trasera con el emblema Swinger, cuenta con el kit Wide Body o de carrocería ensanchada, con pasarruedas más prominentes y llantas de aleación de cinco rayos dobles. El Challenger agrega además la toma de aire Shaker en color blanco, mientras que el Charger suma un alerón que remata la tapa del baúl.
Puertas adentro también se destacan por una ambientación específica: agrega tapizado de cuero nappa combinada con alcántara. Asimismo, agregan emblemas en color verde –mismo color utilizado para las costuras de los revestimientos-, así como apliques en aluminio y madera en la plancha frontal y la consola central.
Al igual que la serie Shakedown, ambos están basados en la versión Scat Pack, por lo que debajo del capot cuentan con el motor HEMI V8 de 6.4 litros o 392 pulgadas cúbicas, que desarrolla una potencia de 485 CV y se asocia a una caja automática de 8 velocidades. El Challenger agrega además la opción de caja manual de 6 marchas.