Toyota se mantiene firme en su apuesta por el hidrógeno. Si bien la marca está desarrollando su gama de vehículos eléctricos a batería, también es una de las que más está investigando la viabilidad del hidrógeno como combustible alternativo, sea aplicado a un sistema de pila alimentada por este elemento o inyectado directamente al motor como si se tratara de un vehículo a GNC. La firma nipona confía tanto en su tecnología y en esta alternativa que ya la está aplicando –aún en fase experimental- a todo tipo de productos, desde un Yaris o un Corolla, a una Hilux, Hiace y ahora quiere dar el próximo paso con la imponente Land Cruiser.
Así lo anticiparon directivos de la compañía a la web australiana CarExpert. Mitsumasa Yamagata, presidente de la fábrica de hidrógeno de Toyota Motor Company, afirmó: “Existen posibilidades de adaptar la tecnología de combustión de hidrógeno a vehículos grandes, incluido el Land Cruiser […] esta tecnología tiene la ventaja de que se puede utilizar para aquellos vehículos que incluyen un remolque de cargas altas”.
En ese sentido, nuestros colegas le consultaron si qué tipo de sistema se adaptaría mejor, si un FCEV –eléctrico, a pila de combustible de hidrógeno como el Mirai- o utilizado directamente como combustible, a lo que Yamagata respondió que optaría por la combustión del hidrógeno, lo que resulta también más fácil de adaptar al vehículo ya que mantendría su motorización y transmisión.
Inclusive, ya hay un antecedente dentro de la propia marca: recientemente presentó el prototipo Hydrogen Hiace, basado en el utilitario que pronto comenzará a ser ensamblado en la planta de Zárate. En esta unidad en particular se reemplazó el motor diésel por el V6 3.4 biturbo que está disponible en el Land Cruiser en algunos mercados, lo que acerca aún más la posibilidad de que el sistema sea instalado en el todoterreno. El único inconveniente hasta ahora es la considerable merma de potencia: en lugar de los más de 300 CV funcionando a nafta, con hidrógeno el propulsor entrega apenas 163 CV y 354 Nm de par, cifras que podrían mejorar con algunos ajustes.
En contraste, la marca junto a su filial británica están desarrollando la Hilux FCEV que en este caso mantiene el chasis de largueros pero con una serie de importantes modificaciones: posee tres tanques de hidrógeno que fueron ubicados entre el chasis y la cabina en el centro del vehículo, un motor eléctrico delantero más otro propulsor en el eje posterior para dotarla de doble tracción. Por el momento se desconocen sus cifras de rendimiento, sólo se habla de una autonomía de unos 580 kilómetros.
