MINI está atravesando una etapa de importantes reestructuraciones en su gama, sumando nuevos productos, discontinuando otros y ofreciendo dos alternativas muy claras: motores de combustión para los más puristas u opciones 100% eléctricas y/o electrificadas para quienes apuesten por el futuro de la industria. En ese sentido, tras la presentación hace algunos meses atrás del nuevo Cooper Electric, llegó el turno del Cooper tradicional, con muchas novedades estéticas, tecnológicas e incluso en su nomenclatura.
Precisamente, a partir de esta quinta generación, el hatchback será conocido con dos denominaciones: Cooper C para la opción convencional y Cooper S, que seguirá identificando a la variante más deportiva, por supuesto sin contar a la John Cooper Works (JCW). La producción se mantiene en la planta de Oxford, mientras que su par de cero emisiones proviene de China. «En MINI, ‘La apertura de tecnologías’ significa que además de los modelos completamente eléctricos también ofreceremos productos como el nuevo Cooper con motor de combustión. Es ideal para todas aquellas personas que quieren conducir un clásico MINI de 3 puertas y aprecian el rendimiento tradicional y el sonido característico de un motor de combustión», explicó Stefanie Wurst, Jefa de la compañía.
La nueva generación del MINI Cooper de combustión es en realidad una profunda actualización del modelo actual, manteniendo la plataforma UKL pero evolucionada y con modificaciones en gran parte de la carrocería, tal como se puede observar en las imágenes. La inspiración en el Electric es clara, sobre todo en el sector frontal con los faros de diseño similar, la parrilla/toma de aire octogonal –que en este caso sí es funcional- y sobre todo un estilo más simple y minimalista, dejando de lado las grandes tomas de aire o detalles decorativos de sus antecesores. El remate posterior también es idéntico al de la versión eléctrica: los faros de formato vertical triangulares o redondeados dan paso a nuevas ópticas trapezoidales que se extienden a lo ancho del portón mediante un aplique de color negro donde va inscripto el nombre de la versión. Este simple cambio modifica totalmente el sector trasero, dándole una imagen más agresiva y diferente a sus antecesores.
Puertas adentro también se aplica el mismo concepto de mantener las señas de identidad pero con toques modernos. Las formas redondeadas permanecen, pero con un ambiente mucho más minimalista, con menos comandos y lo más llamativo: el clásico reloj central que en la actual generación aloja a la pantalla del sistema multimedia fue reemplazado por una pantalla redonda ultra delgada tipo tablet, complementado por el head-up display ubicado por delante del volante. Por debajo del sistema multimedia cuenta con una consola con unos pocos mandos físicos, mientras que las salidas de aire centrales están bastante ocultas, dejando ver sólo las del lado del pasajero. La plancha frontal está tapizada con un revestimiento soft-touch en lugar del plástico o cuero que posee el modelo actual.
Mecánicamente, por el momento fueron confirmadas dos opciones: el motor naftero 1.5 TwinPower Turbo de tres cilindros y 156 CV –capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos- o el naftero 2.0 TwinPower Turbo de cuatro cilindros y 204 CV –acelera de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos-, ambos asociados a una caja automática de doble embrague y 7 velocidades. Su llegada a los concesionarios europeos está prevista para mayo, aunque la firma británica ya está tomando pedidos.