Aunque en un principio celebramos que Mercedes y AMG se mantuvieron fieles al V8 biturbo en la nueva generación del GT, lo cierto es que el superdeportivo también fue víctima del downsizing y la electrificación, pero sólo en su versión de entrada de gama: la marca alemana presentó el AMG GT 43, la opción más “accesible” del Coupé con unos nada despreciables 422 CV.
La cuestión es que esa cifra de potencia no viene de un V8, sino de un más modesto 4 cilindros en línea 2.0 turbo. Sí, el downsizing llegó también para el modelo más deportivo de la firma de la estrella, pero aunque no suene como sus hermanos más potentes, promete sensaciones igual de divertidas gracias también al ahorro de peso.
El secreto detrás del 2.0 turbo está en sus entrañas, no es un simple cuatro cilindros: cuenta con un turbocompresor eléctrico y también con la asistencia de un sistema mild-hybrid de 48V, lo que le permite combinar buenas cifras de performance con eficiencia y bajas emisiones. En conjunto, entrega 422 CV a 6.750 rpm y un torque de 510 Nm entre las 3.250 y 5.000 rpm, asociado a una caja automática AMG Speedshift de doble embrague de 9 velocidades. En esencia es el mismo impulsor del A45 S, pero con la máxima entrega de par disponible desde bajas vueltas. Así, logra acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 4,6 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 280 km/h.
Estéticamente, casi no hay diferencias con respecto a las versiones V8. Su diseño es continuista y es justamente lo que más subraya esa evolución con respecto a su antecesor. No apuesta por un aspecto completamente diferente, lo cual tampoco era necesario ya que el GT no acusaba notoriamente el paso de los años. En esta segunda generación, como novedades, la parrilla Panamericana –típica de AMG- creció en tamaño, manteniendo las barras verticales. En la versión GT 43 no cuenta con el borde inferior negro y la parte inferior del paragolpes posee otro diseño, más similar al de las berlinas de la marca. Los faros son más estilizados y verticales, incorporando la tecnología Digital Light, que además de incrementar su poder lumínico sin encandilar a los conductores que vienen de frente, pueden proyectar señales y avisos sobre el asfalto.
De perfil la silueta es casi idéntica al anterior GT, limpia, sólo con algunas nervaduras y por supuesto con un kit aerodinámico con faldones laterales en fibra de carbono, presente también en la carcasa de los espejos y nuevas llantas de aleación –en este caso, de 19 pulgadas- que dejan ver los enormes discos y pinzas de freno. El remate posterior también es parecido al del modelo que reemplaza, aunque los faros ganaron un aspecto más tridimensional y un marco negro que los une. Mención aparte para el difusor y las cuatro salidas de escape.
Puertas adentro da un importante salto: el tablero fue rediseñado por completo y está claramente inspirado en el SL, dejando de lado los botones y mandos sobre el túnel de transmisión, que pasan a ser operados desde la enorme pantalla vertical del sistema multimedia MBUX o a través de los múltiples mandos del volante o de la columna de dirección. También es nuevo el instrumental 100% digital configurable por el conductor, manteniendo las salidas de aire redondas con diseño de turbina de avión. Por supuesto, derrocha calidad con revestimientos de cuero, apliques en aluminio, fibra de carbono e iluminación ambiental personalizable. La gran novedad está atrás y es que el GT ahora pasa a contar con una configuración 2+2, mejorando su habitabilidad, aunque las plazas traseras son pequeñas.
Que pasa con los alemanes?… Cerveza en polvo y sin alcohol, mataron al R8 y ahora esto?. Ojala paguen caro estás herejías
el porsche 911 tiene un clon y es de Mercedes… ha pero es su rival… Mercedes copia al 911 para sumar ventas. que bien
Que más se puede pedir?