Ahora sí, luego de dar batalla durante varios meses más, la última unidad producida del Audi R8 dejó las instalaciones de la planta de Böllinger Höfe en Alemania, tal como lo habían anticipado voceros de la compañía en febrero cuando confirmaron que su fabricación se extendería hasta finales del tercer trimestre. Si bien hasta ahora no trascendieron imágenes oficiales, el último R8 fue una versión coupé de color Amarillo Vegas, de la serie Performance Quattro Edition que incluía un paquete de accesorios en fibra de carbono y llantas de aleación de 20 pulgadas.
De esta manera, se entiende que finalmente se completaron los pedidos que quedaban del superdeportivo, que desde que se empezó a hablar de su discontinuación, experimentó una importante suba en sus ventas: el año pasado llegó a comercializar 1.591 unidades, un 49% más que en 2022, lo que además representa una excelente cifra considerando que su producción siempre fue bastante limitada.
Como parte de su despedida y siendo justamente una de las versiones más pedidas por sus clientes, la marca de los anillos había presentado a fines de 2022 el R8 Coupé V10 GT RWD. Estéticamente, se destaca por su impronta mucho más agresiva, basada en la versión V10 Performance RWD a lo que agrega llantas de aleación forjadas de 20” y un kit aerodinámico específico, con splitter frontal, aletines en los extremos del paragolpes y en los laterales, el alerón trasero, faldones y el enorme difusor trasero, todo en fibra de carbono a la vista, que contrastan con los llamativos tonos de su carrocería (Rojo Tango, Gris Daytona y el Gris Suzuka, opcional).
Puertas adentro, la ambientación más radical está dada por los revestimientos en cuero/alcántara, materiales presentes también en el aro del volante con un anillo rojo en el centro y las costuras, también en color rojo junto con numerosos apliques en aluminio y fibra de carbono. Agrega además emblemas GT en las alfombras, butacas de competición tipo baquets con cinturones de seguridad de color rojo.
Más allá de cuestiones de diseño, lo más interesante está bajo el capot: cuenta con el conocido motor V10 5.2 TFSI de origen Lamborghini, pero en este caso con mejoras que permiten llevar su potencia hasta los 620 CV y 565 Nm de torque, poniéndose por encima de los 570 CV del Performance quattro. La transmisión corre por cuenta de la caja automática S-Tronic de doble embrague y 7 velocidades, con tracción exclusivamente al eje trasero como señalamos anteriormente. Con esta configuración, puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y alcanzar los 320 km/h de velocidad máxima.
Otros ajustes importantes de esta serie especial son el control de estabilidad con 7 configuraciones diferentes que se puede setear desde el volante y los frenos carbocerámicos provistos de serie, 20 kilos más livianos que los que utilizan las versiones convencionales.
Según la marca alemana, fueron construidas sólo 333 unidades, siendo la última edición especial con tracción trasera –de hecho, la última unidad producida cuenta con tracción integral quattro-. Se sabe que el R8 tendrá continuidad a futuro, pero ya no como lo conocemos, sino reconvertido a un superdeportivo 100% eléctrico que compartirá plataforma y componentes con Porsche, como la arquitectura SSP Sport que será introducida en la próxima generación del Taycan y del e-tron GT. Más allá de que a Argentina no llegaron unidades –al menos de manera oficial- de esta serie especial, el R8 sí se comercializó durante varios años en nuestro país.
Que hermosos deportivos hace la industria alemana!!!