Mercedes-AMG continúa ampliando la gama de su deportivo más exclusivo: luego de la presentación de las versiones V8 y del más accesible GT 43 con el 2.0 turbo de 4 cilindros, ahora fue el turno de la variante electrificada más poderosa, el nuevo GT 63S E Performance, con una mecánica híbrida enchufable.
Lo primero que pensamos al hablar de un híbrido es en la eficiencia, pero en este caso, la electrificación apunta a la performance. El GT 63S E Performance combina lo mejor de los dos mundos: por un lado, conserva el icónico V8 4.0 biturbo tradicional, pero en este caso asociado a un motor eléctrico ubicado en el eje trasero, alimentado por una pequeña batería de 6,1 kWh de capacidad. Claramente no va a romper récords de autonomía eléctrica, pero sí de aceleración: asociado a la caja automática de doble embrague y 9 velocidades, esta versión puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos, lo que lo convierte en el modelo de producción más rápido de la división AMG. Si esa cifra impresiona, aún más la potencia y el par: nada menos que 816 CV y 1.440 Nm de torque, lo que explica semejante performance.
Estéticamente, casi no hay diferencias con respecto a las versiones V8 convencionales. Su diseño es continuista y es justamente lo que más subraya esa evolución con respecto a su antecesor. No apuesta por un aspecto completamente diferente, lo cual tampoco era necesario ya que el GT no acusaba notoriamente el paso de los años. En esta segunda generación, como novedades, la parrilla Panamericana –típica de AMG- creció en tamaño, manteniendo las barras verticales. Los faros son más estilizados y verticales, incorporando la tecnología Digital Light, que además de incrementar su poder lumínico sin encandilar a los conductores que vienen de frente, pueden proyectar señales y avisos sobre el asfalto.
De perfil la silueta es casi idéntica al anterior GT, limpia, sólo con algunas nervaduras y un kit aerodinámico con faldones laterales en fibra de carbono, presente también en la carcasa de los espejos y nuevas llantas de aleación –en este caso, de 20 pulgadas u opcionales de 21”- que dejan ver los enormes discos y pinzas de freno. El remate posterior también es parecido al del modelo que reemplaza, aunque los faros ganaron un aspecto más tridimensional y un marco negro que los une. Mención aparte para el difusor y las cuatro salidas de escape. Los únicos dos detalles que revelan que es la versión híbrida enchufable es el emblema E Performance sobre la tapa del baúl y el puerto de carga, ubicado en el paragolpes trasero, por debajo del faro derecho.
Puertas adentro, el nuevo GT da un importante salto: el tablero fue rediseñado por completo y está claramente inspirado en el SL, dejando de lado los botones y mandos sobre el túnel de transmisión, que pasan a ser operados desde la enorme pantalla vertical del sistema multimedia MBUX o a través de los múltiples mandos del volante o de la columna de dirección. También es nuevo el instrumental 100% digital configurable por el conductor, manteniendo las salidas de aire redondas con diseño de turbina de avión. Por supuesto, derrocha calidad con revestimientos de cuero, apliques en aluminio, fibra de carbono e iluminación ambiental personalizable. La gran novedad está atrás y es que el GT ahora pasa a contar con una configuración 2+2, mejorando su habitabilidad, aunque las plazas traseras son pequeñas. Tampoco hay diferencias en esta versión, sólo más información en las pantallas sobre el funcionamiento de su sistema híbrido.
Su llegada a los concesionarios europeos está prevista para fin de año, momento en el que se anunciará su precio y se completarán los últimos datos que faltan.
Que fierro!!!