Tras una larga espera, Latin NCAP presentó los primeros resultados de los crash tests realizados este año: en esta oportunidad, los vehículos evaluados fueron la Chevrolet Montana y el Toyota Raize –este último, no disponible en nuestro mercado-, con calificaciones buenas a regulares: la pick up recibió tres estrellas, mientras que el B-SUV apenas una.
Comenzando por la Chevrolet Montana, la pick up compacta producida en Brasil con 6 airbags y control de estabilidad como equipamiento de serie, obtuvo 79,18% en Protección Ocupante Adulto, 71,08% en Ocupante Infantil, 44,45% en Protección a Peatones y Usuarios Vulnerables de la Vías y 65,12% en Sistemas de Asistencia a la Seguridad, lo que la llevó a alcanzar las tres estrellas en total.
De acuerdo al informe del organismo de seguridad, la Montana fue evaluada en impacto frontal, impacto lateral, impacto lateral de poste, latigazo cervical (whiplash), protección a peatones, asistencia a la velocidad y control de estabilidad (ESC). La protección de los ocupantes adultos en la prueba de choque frontal mostró protección buena a adecuada con una estructura estable, buena protección en la prueba de impacto lateral y buena protección de la cabeza con protección marginal en el pecho en la prueba de impacto lateral de poste. El vehículo no ofrece Frenado Autónomo de Emergencia (AEB) ni siquiera como opcional y esto limitó la puntuación máxima a alcanzar. La protección de los ocupantes infantiles fue baja en las pruebas dinámicas debido a la decisión del fabricante de colocar ambos dummies mirando hacia adelante, sin seguir las recomendaciones de las mejores prácticas globales que la misma compañía definió para otros modelos recientes con buenos resultados e incluso cuando los Sistemas de Retención Infantil (SRI) recomendados y utilizados en la prueba permiten instalarlos mirando hacia atrás.
Por su parte, el B-SUV de la marca japonesa, comercializado sólo en algunos mercados de la región y producido en Indonesia con apenas doble airbag y control de estabilidad como equipamiento estándar, tuvo un desempeño decepcionante, con 40,54% en Protección Ocupante Adulto, 71,57% en Ocupante Infantil, 58,70% en Protección a Peatones y Usuarios Vulnerables de la Vías y 58,14% en Sistemas de Asistencia a la Seguridad, lo que le valió la calificación de 1 estrella.
Según el informe de Latin NCAP, el vehículo fue evaluado en impacto frontal, impacto lateral, latigazo cervical (whiplash), protección a peatones y ESC. El impacto frontal mostró estructura inestable y protección marginal en el pecho del conductor. El impacto lateral evidenció protección marginal en el pecho e intrusión importante en el habitáculo, aumentando los riesgos de lesiones a los ocupantes. El test de impacto de poste no fue realizado por la falta de protección lateral de cabeza siendo calificado con cero puntos y penalizado por la falta de protección lateral de cabeza en la fila frontal y trasera. El Raize no ofrece Sistemas de Asistencia de Velocidad estándar. Si bien Toyota ofrece tecnologías ADAS en este modelo para otros mercados, no están disponibles ni siquiera como opcionales en la región.
Al respecto, Alejandro Furas, Secretario General de Latin NCAP, afirmó: “Chevrolet vuelve a ser referencia en un segmento popular, las pick ups chicas, mostrando buena protección en comparación con la baja calificación de su competidor directo, la Fiat Strada. Esperamos que Chevrolet reconsidere su estrategia de protección de ocupante infantil y tecnologías ADAS, ya que entendemos que este modelo puede obtener mejor desempeño y lograr calificación de estrellas más alta. Los tiempos de liderazgo en seguridad de Toyota parecen estar lejos en el tiempo, ya que los resultados decepcionantes no parecen detenerse. Latin NCAP exhorta a Toyota a modificar su enfoque, mejorar el equipamiento de seguridad básico y ofrecer voluntariamente los vehículos en Latin NCAP para mostrar sus desempeños a los consumidores. En un escenario de preocupación mundial por las certificaciones de seguridad en algunos modelos de Toyota, se demuestra una vez más la necesidad de un etiquetado de seguridad vehicular estandarizado que incluya la calificación de estrellas de Latin NCAP”.