Hace algunos días atrás, Volkswagen presentó en Estados Unidos el facelift de la Taos, que para el mercado norteamericano se produce en México. Las modificaciones son bastante importantes y alinean al C-SUV con los últimos lanzamientos de la marca alemana. Sin embargo, quedó la duda de si esta actualización llegaría a corto plazo a nuestra región debido a que la planta de General Pacheco aguarda un nuevo anuncio de inversión que dependerá de la casa matriz.
Todavía a la espera de novedades, la compañía ya prueba a la renovada Taos en Brasil, donde fue fotografiada junto a otros productos, como el también muy esperado Proyecto 246 y el facelift del Nivus. En el caso del C-SUV, la unidad contaba con camuflaje parcial en el sector frontal y posterior, justamente donde se concentran los cambios develados en América del Norte.
¿Llegará más rápidamente la actualización a Sudamérica? ¿La inversión para la planta argentina va camino a confirmarse o, por el contrario, se analiza la posibilidad de importar este modelo de México, lo que dejaría a la fábrica de Pacheco sólo con el restyling de la Amarok? Por el momento, no hay respuestas a estas preguntas, aunque estimamos que en los próximos meses se conocerán más detalles.
Por lo pronto, queda repasar las novedades que incorporó la Taos. Estéticamente, se replanteó todo el sector frontal buscando acercarlo más a la nueva Tiguan y a otros SUV’s que la marca comercializa en el mercado norteamericano, como el imponente Atlas e incluso con cierto aire al ID.4. Los faros adoptaron un nuevo formato, ya no tan rectangular, que se va angostando hacia la parrilla –también más fina- y con la continuación de la firma luminosa en su parte superior, complementando a esa suerte de H que dibujan los proyectores. El paragolpes se modificó por completo y ahora posee una especie de máscara de color negro que une los canalizadores de aire de los extremos, con la toma de aire central, enmarcada en un aplique de color aluminio que simula una defensa. El nuevo capot, con nervaduras más marcadas le da una imagen más robusta e imponente.
De perfil no hay modificaciones de consideración, salvo el diseño de las llantas de aleación –en el caso de la unidad de las fotos, con terminación diamantada- a juego con las barras de techo. Cuenta además con protecciones de plástico negro en los pasarruedas y zócalos, extendiéndose al paragolpes trasero. En el remate posterior, los faros ahora se extienden sobre el portón y dibujan una firma luminosa de dos líneas continuas.
Puertas adentro también hay algunas novedades: si bien el aspecto general se mantiene, se rediseñó parte de la consola central para incorporar una nueva pantalla táctil de 8 pulgadas, que ahora está más separada del instrumental 100% digital. Además, estrena nuevos revestimientos y combinaciones de colores para realzar la percepción de calidad. Tanto el sistema multimedia como el volante poseen mandos físicos para acceder a las funciones más importantes.
Mecánicamente, la Taos producida en México ya contaba con el más moderno motor naftero 1.5 TSI Evo, pero ahora incrementó su potencia pasando de 158 a 176 CV. También dejó de lado la caja automática DSG de doble embrague y 7 velocidades, por una transmisión automática con convertidor de par de 8 marchas. Se mantienen las opciones con tracción delantera o integral 4Motion.