El regreso de la Fórmula 1 a Argentina podría convertirse en una posibilidad real. Desde 1998, cuando se corrió por última vez el Gran Premio de Argentina en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez de Buenos Aires, los fanáticos locales han anhelado el regreso de los monoplazas más rápidos del mundo.
Es por eso que el Secretario de Deportes, Daniel Scioli mantendría reuniones con ejecutivos de Liberty Media, la empresa que gestiona los derechos comerciales de la Fórmula 1, el próximo 1 de noviembre; con el objetivo de reinsertar a Argentina en el calendario mundial.
Uno de los principales obstáculos es la infraestructura. El Autódromo Oscar y Juan Gálvez, emblemático por sus grandes premios pasados, necesitaría una serie de modificaciones para estar a la altura de los exigentes requisitos técnicos de la Fórmula 1 moderna. Las obras incluirían la modernización de los boxes, la mejora de las zonas de seguridad y la adaptación de las instalaciones para garantizar la comodidad de los espectadores y la prensa internacional.
Otro es el aspecto financiero. Organizar un Gran Premio requiere una inversión significativa, y en el contexto actual, se están evaluando diversas fuentes de financiamiento de inversores privados.
Scioli ha resaltado la necesidad de mejorar la infraestructura sin perder la esencia del mítico circuito porteño, que albergó legendarias carreras y donde compitieron figuras de la talla de Juan Manuel Fangio y Ayrton Senna.
El regreso de la Fórmula 1 no solo significaría un evento deportivo de magnitud internacional, sino también una inyección de dinamismo a la economía argentina. Un Gran Premio atraería a miles de turistas internacionales y generaría empleo en sectores como la hotelería, la gastronomía, el transporte y el comercio. Según estudios, las ciudades sede de la Fórmula 1 pueden generar ingresos millonarios, lo que convierte este proyecto en un motor potencial para la economía local.
Empresarios locales han manifestado su apoyo a la iniciativa, viendo en la Fórmula 1 una plataforma ideal para posicionar al país a nivel global.
Las negociaciones han reavivado las esperanzas de ver nuevamente a los mejores pilotos del mundo en Argentina. El Gran Premio sería una oportunidad para que el país vuelva a estar en la cima del automovilismo internacional y, al mismo tiempo, un impulso para la economía y el turismo local.