Volvo Bus Latin America entregó 379 ómnibus para el Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá, capital de Colombia, el primer trimestre del año. Son 200 ómnibus híbridos y 179 ómnibus convencionales que van a trabajar integrados al Transmilenio, como se conoce al sistema BRT de Bogotá.
Volvo está presente en Santa Fe de Bogotá desde el comienzo del proyecto del Transmilenio, en 2001. La empresa es líder en el sector de autobuses urbanos en la capital del país, con más de 65% de participación en el mercado. La opción por ómnibus articulados, biarticulados y alimentadores de la marca viene contribuyendo para que el BRT de la ciudad sea considerado uno de los más modernos y eficientes del mundo.
Volvo brinda a sus clientes soporte pleno de postventa para maximizar el rendimiento de los vehículos con un costo operativo más bajo. En el paquete se incluyen capacitación constante de los conductores; sistema de telemetría, para que acompañen el rendimiento de los buses en tiempo real; y atención en los garajes de los clientes con equipos de mecatrónicos expertos en la marca. Además, todos los híbridos van a operar con un contrato en el que Volvo asume, no sólo el mantenimiento del vehículo, sino también la responsabilidad total por la batería que usan.
Las primeras unidades, entre los 200 híbridos de Volvo que van a trabajar en el sistema de transporte urbano de Bogotá, empezaron a circular en la segunda quincena de abril. Con el objetivo de brindarles a los clientes el soporte necesario para la operación de los nuevos vehículos, la empresa construye un nuevo taller en la ciudad. Además, los conductores, que van a manejar los híbridos, reciben un entrenamiento adecuado para que logren obtener el mejor provecho de la tecnología.
“Estamos reforzando nuestra estructura para atender a los clientes que han comprado vehículos híbridos. La tecnología todavía es una novedad y el entrenamiento de los choferes es fundamental para alcanzar el mejor promedio de consumo, garantizar una baja emisión de contaminantes y recargar las baterías durante los frenados”, explica Alexandre Selski, gerente comercial de Volvo Bus Latin America en Colombia.
El ahorro de combustible y la reducción de emisiones se obtienen gracias a la tecnología desarrollada por la Volvo: dos motores, uno a diésel y otro eléctrico, que funcionan en paralelo o de forma independiente. Cuando el vehículo trabaja en el modo eléctrico no consume combustible y no emite contaminantes. El motor eléctrico se usa para arrancar el ómnibus y acelerarlo hasta 20 km/h, mientras que el motor a diésel se pone en marcha a velocidades más altas. El motor a diésel queda apagado cuando el vehículo está parado para embarque y desembarque, y la energía de los frenados se aprovecha para cargar las baterías que alimentan el motor eléctrico.