Mercedes-Benz tiene muchos modelos icónicos, pero uno solo se mantiene prácticamente inalterable –aunque solo a la vista- desde sus orígenes: el mítico Clase G. La nave insignia entre los todoterreno, símbolo del lujo y hasta de deportividad con las rabiosas versiones AMG es un producto de nicho pero con gran demanda y sus exclusivos clientes son muy exigentes, por lo que en cada actualización, la firma de Stuttgart introduce mejoras y más equipamiento. Ese es el caso de la gama 2024, que incluye novedades también en su mecánica.
Comenzando por su diseño, los cambios son casi imperceptibles y es que precisamente esa es una característica que el Gelandewagen debe conservar siempre. El Model Year 2024 sólo agrega pequeños retoques en la parrilla –ahora cuenta con cuatro barras horizontales –antes tres-, cromadas en el caso de las versiones convencionales y de color negro en la AMG. Por debajo, las tomas de aire de los extremos del paragolpes son un poco más grandes y en el caso de la variante deportiva, agrega láminas verticales. De perfil estrena nuevo diseño para las llantas de aleación –de 18 a 20 pulgadas-. No hay novedades de consideración en la parte trasera. Por supuesto, cada unidad se puede personalizar a gusto del cliente, hay paquetes opcionales (Professional Line Exterior, más off road; Exclusive Line, más elegante; y AMG Line, más deportivo).
Puertas adentro, agrega detalles sutiles como las salidas de aire ahora iluminadas, nuevos revestimientos, posavasos con control de temperatura, cargador inalámbrico, pantallas para las plazas traseras y lo más importante, la última actualización del sistema multimedia MBUX con inteligencia artificial y más opciones de conectividad y avanzados controles por voz. También suma navegación por realidad aumentada, proporciona información del tránsito y hasta de los semáforos.
Mecánicamente, tal como indicamos en el título, la marca debió apostar por el downsizing y la electrificación: toda la gama pasa a contar con tecnología mild-hybrid de 48V, con un motor eléctrico integrado en la transmisión automática 9G-Tronic de 9 velocidades. La versión G500 pasa a contar con un propulsor naftero de 6 cilindros en línea y 3.0 litros, biturbo, que desarrolla 449 CV y 560 Nm de torque. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 5,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 210 km/h. La versión G450d también apuesta por un 6 cilindros en línea de 3.0 litros –bi-turbodiesel-, que entrega 367 CV y 750 Nm de par. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,8 segundos y también está limitada a 210 km/h.
Mención aparte para la variante AMG G63, la única que conserva el V8 4.0 biturbo de 585 CV y 850 Nm de torque. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y la velocidad máxima, también limitada, se amplía a 240 km/h con el paquete AMG Performance. De más está decir que mantiene su sistema de tracción 4×4 con triple bloqueo de diferencial, selector de terrenos, barras estabilizadoras hidráulicas, amortiguadores adaptativos. Todos estos sistemas fueron revisados y la marca asegura que con esta actualización logra un mejor comportamiento dinámico en cualquier tipo de superficie.
Su llegada a los concesionarios europeos está prevista para los próximos meses, al igual que la esperada versión 100% eléctrica, el EQG, que será presentado a fines de abril.