Aniversario: El campo de pruebas de Ford en Tatuí cumple 40 años

Por sus 60 kilómetros de pistas pavimentadas y de tierra pasaron algunos de los más recientes lanzamientos de Ford, como el Ka o la EcoSport, pero también otros muy importantes como varias generaciones del Fiesta o la gama de camiones Cargo. El Campo de Pruebas de Tatuí, tal su denominación oficial, conmemora este mes su 40º aniversario, siendo el primer y más complejo centro de test para el desarrollo de vehículos de la región.

El primer terreno fue comprado en 1970 y el segundo en 1971; al año siguiente se construyó la primera pista off-road con dos kilómetros de extensión pero su inauguración oficial recién ocurrió en 1978, año en el que se terminó una pista pavimentada de 1.100 metros. Desde allí este complejo fue creciendo a la par de la industria automotriz regional y de la marca en particular, pero también teniendo en cuenta la preservación del medioambiente: por su tamaño, el campo sirve de refugio para una gran variedad de especies autóctonas y cuenta con un área de vegetación de 3,6 millones de m2 –un 78% del predio-. Además, en 2003 se plantaron más de 8.000 árboles nativos y recibió la certificación de gestión ambiental ISO 14001.

Sus características:

El predio ocupa un área inmensa de 4,66 millones de metros cuadrados, que como señalamos anteriormente, cuenta con 60 km de pistas asfaltadas y de tierra, de alta y baja velocidad, con diferentes tipos de superficies, con rampas de hasta 30 grados de inclinación. También dispone de laboratorios para medición de desempeño y consumo de combustible, emisiones, evaporación, enfriamiento, frenado, penetración de agua y polvo, corrosión en cabinas de  niebla salina, nivel sonoro interno y externo, dinámica vehicular, suspensión y calibración y el funcionamiento de los motores, junto con una oficina dedicada a la construcción de prototipos: en total, el complejo puede realizar unos 440 tipos de pruebas en pista y otras 400 en laboratorio.

Bajo estas condiciones, se realizaron más de 230 millones de kilómetros de test, lo que equivale a 5.750 vueltas alrededor del mundo.

Entre la maquinaria de medición se destacan el dinamómetro y simulador de rodado: comandado por un robot automatizado, le permite alcanzar el 90% de la velocidad máxima del vehículo. Adicionalmente, el simulador de pistas conocido como “Four Poster” es usado para evaluar eventuales rangos en la estructura, suspensión y niveles de vibración del vehículo. Para evitar interferencias externas, esto se realiza con la unidad estacionada, suspendida por cuatro pilares debajo de las ruedas para simular las vibraciones del piso. Este movimiento es realizado por actuadores hidráulicos, controlados por software capaces de reproducir más de 30 tipos de pistas de Brasil y del mundo.

Otros equipos muy sofisticados y de última generación son utilizados en el laboratorio acústico, capaces de identificar y cancelar las potenciales fuentes de ruido y garantizar el silencio absoluto dentro de la cabina: Uno de ellos es el “Noise Vision”, un sistema único en el mundo y patentado por la marca del óvalo, que permite visualizar las fuentes de ruido del vehículo. El VisiSonics es otro equipamiento que cuenta con múltiples micrófonos y cámaras para generar un mapa de 360 grados capaz de superponer sonidos e imágenes.

En el laboratorio de emisiones, certificado por Inmetro, son realizadas estas pruebas para determinar el nivel de contaminación, desarrollo y calibración de motores, homologaciones de vehículos, control de calidad de la producción y seguimiento de la durabilidad de componentes. El mismo dispone de modernos  dinamómetros  y  sistemas que analizan los gases de motores nafteros, Flex (etanol y nafta)  y/o  diésel.