Además del mítico Wrangler y sus antecesores, otro producto icónico para Jeep en nuestro país es la Gladiator, la pick up que irrumpió en el mercado a principios de la década del 60 y que rápidamente se convirtió en una referente de su segmento en términos de capacidad, prestaciones y confort, llegando a fabricarse durante más de una década. Precisamente, este modelo está cumpliendo 60 años y desde 2021 volvió a formar parte del porfolio de la compañía y de la gama local.
La fecha exacta fue el 20 de septiembre de 1963. Ese día salió de la línea de producción la primera unidad de la Gladiator, que comenzó a llegar a los concesionarios en enero de 1964 y se mantuvo a la venta hasta 1978, con más de 27.000 unidades fabricadas en la planta de Ika en Santa Isabel, Córdoba.
Las primeras versiones de la pick up estaban impulsadas por el conocido motor Continental de 6 cilindros en línea y 3.707 cc, con sus 115 HP, acoplado a una transmisión manual de tres marchas Borg-Warner, con segunda y tercera sincronizadas. El modelo se ofrecía en dos capacidades de carga: 500 kilos (TA – 5PB) y 1.000 kilos (TA – 4PB). Esta última versión tenía un despeje de 225 mm mientras que en el TA – 5PB era de 210 mm. Estas diferencias se reflejaban en la altura final de 1.710 mm y 1.695 mm, respectivamente. La versión con capacidad de carga de 1.000 kilos utilizaba neumáticos de 7.00 x 16, en tanto que el de 500 kilos llevaba otros de 6.70 x 16. Otra diferencia entre ambos era la relación de mando final del diferencial, 4,56:1 en el TA – 4PB y 4,09:1 en el TA – 5PB.
Por otra parte, las versiones TA – 4PB y TA – 5PB disponían de tracción simple. La gama se completaba con la opción TA – 4PA, de doble tracción, equipada con una caja de transferencia con reductora selectiva de dos relaciones de alta y baja que permitía acoplar y desacoplar el eje delantero. Una importante mejora respecto al Jeep Pick-Up fue la adopción de una suspensión delantera independiente con barras de torsión y amortiguadores hidráulicos telescópicos de doble acción, configuración que mejoró la tenida y el confort de marcha. La suspensión trasera era a través de eje rígido con ballestas longitudinales semielípticas combinadas con amortiguadores similares a los del eje delantero.
De trazos rectos y suaves, su cabina era ancha, amplia y confortable, con una extensa superficie vidriada y espacio para tres ocupantes que incluía un asiento enterizo con regulación de respaldo y longitudinal. Se montaba sobre un bastidor de largueros tipo “U” con 5 travesaños reforzados de acero laminado. Asimismo, en aquel momento estaba disponible una importante lista de opcionales con ítems como reloj eléctrico, radio, calefactor, lava-parabrisas, encendedor y espejo exterior. El sector frontal era típicamente Jeep, con una parrilla de barras verticales que incluían el logo sobre el borde inferior izquierdo.
A partir de 1965, la incorporó el nuevo motor Tornado Super Power, con árbol de levas a la cabeza y una cilindrada de 3.770 cc, que erogaba 130 HP a 4.200 rpm y un torque de 27 kgm a 2.000 rpm. Otros cambios de importancia se dieron a conocer en mayo de 1967, cuando se presentó un restyling en su frontal, con una nueva parrilla más ancha que integraba las ópticas en sus extremos. A partir de ese año recibió el motor del Ambassador 380 de 145 HP, acoplado a una caja de velocidades ZF de cuatro marchas totalmente sincronizadas. Estas modificaciones fueron acompañadas por las nuevas denominaciones T-80 y T-1000, con capacidades de carga 700 y 1.000 kilos respectivamente.
Por último, en 1970 se completó la oferta con la incorporación de la nueva versión Jeep 1000 Diesel, impulsada por un motor Perkins 4-203 de 3.0 litros y una potencia de 71 HP. Ocho años después finalizó su producción, alcanzando un total de 27.811 unidades.