El 29 de enero de 1886, el ingeniero Carl Benz patentó en Berlín su innovadora creación: un triciclo motorizado con un propulsor de combustión interna, seguramente con la visión de que su invento podría marcar una nueva era en la movilidad. Y realmente lo fue: tan solo años después la industria del automóvil empezó a masificarse al punto en que al día de hoy no podríamos imaginar un mundo sin los ya tradicionales medios de transporte. Pero a 134 años de aquel suceso, estamos ingresando en la que será la transformación más importante en la historia del automóvil, la electrificación.
Nuevamente es Mercedes-Benz, la compañía fundada tras la asociación del ingeniero Benz con Gottlieb Daimler, una de las pioneras en introducirse en este nuevo capítulo de la industria, con su nueva gama EQ 100% eléctrica, cuyo primer integrante, el EQC ya se exhibe en el stand de Cariló con vistas a comercializarse en Argentina a corto plazo.
Pero volvamos a la historia, a cómo se gestó el “vehículo motorizado con motor de gasolina” tal como fue registrado bajo el número DRP 37435 en la Oficina Alemana de Patentes Imperial en Berlín, documento que actualmente forma parte del Programa Memoria del Mundo de la Unesco, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. El 3 de julio de aquel año, a seis meses de haberlo patentado, para promocionar su producto y demostrar su versatilidad para el uso diario, Bertha, la esposa de Carl Benz, inició un recorrido de 104 kilómetros –el primero de su tipo realizado con un automóvil- uniendo la ciudad de Ringstrasse, de la localidad germana de Mannhei, con Pforzheim.
El éxito de esta travesía despertó el interés de Gottlieb Daimler, quien a 100 kilómetros de distancia de Benz y sin conocerse, también había desarrollado el primer vehículo motorizado de cuatro ruedas del mundo. Luego de ponerse en contacto, ambos inventores colocaron la piedra fundacional de Mercedes-Benz, que hasta el día de hoy sigue siendo una de las empresas más relacionadas con la evolución del automóvil, tanto en seguridad –con la incorporación de zonas de deformación programada, airbag, ABS o el control de estabilidad- como en confort y ahora en electrificación, con sus versiones híbridas y la gama EQ.
Precisamente, el EQC protagonista del espacio de la marca en Cariló es una unidad de la Edición 1886, que rinde homenaje a la creación de Benz, con la mira puesta en el futuro pero manteniendo intactas las características que le dieron reconocimiento a la firma de Stuttgart: dinamismo, confort, elegancia e innovación.
