En pleno aislamiento por la pandemia de coronavirus, las principales noticias de la industria automotriz por estos días están relacionadas principalmente a filtraciones o fotos espía de vehículos en desarrollo, una de las pocas cosas que no se detuvieron del todo, pero cuando se trata de una Ferrari, estas noticias siempre tienen una mayor trascendencia: il cavallino rampante prepara ni más ni menos que la versión cabriolet de su superdeportivo híbrido, la SF90 Stradale y que, de seguir con la tradición, seguramente se denominará SF90 Spider.
Sí, a pesar de que Italia es uno de los países más golpeados por el COVID-19, en Ferrari se detiene la producción pero no el desarrollo y así lo demuestra esta unidad de pruebas que fue vista rodando por las autopistas de la ciudad de Maranello, muy cerca de la sede de la compañía. El vehículo en cuestión lucía un espeso –y desprolijo- camuflaje, con lonas y parches que ocultaban su carrocería y parte del techo. Es justamente ahí donde está la mayor novedad de esta versión y que por su forma confirma que se trata efectivamente de un descapotable, ya que el cobertor del motor y la antena están colocados más atrás que en la coupé. La duda está en si tendrá un techo de lona convencional o será del tipo rígido similar al de su hermano menor, el F8 Spider. Resulta muy curioso ver una Ferrari camuflada -es como observar un fino traje de etiqueta con su funda, dirían los fanáticos de la marca- y más extraña aún es su vista trasera, con la doble salida de escape sobresaliendo del conjunto, seguramente para que los gases de escape no entren en contacto con la tela que recubre la carrocería.
Claro que estas imágenes no revelan nada de su mecánica, pero es probable que sea idéntica a la coupé. A modo de repaso, veamos las principales características de la SF90 Stradale: está impulsada por un propulsor naftero V8 de 3.9 litros que desarrolla una potencia de 780 CV. Asociado a este impulsor, se encuentran dos motores eléctricos de 220 CV y un MGU-K (Motor Generator Unit Kinetic), el dispositivo que se hizo famoso en la Fórmula 1 y funciona como un recuperador de energía durante las frenadas, que luego puede ser utilizada en las aceleraciones. El MGU-K va ubicado entre el motor de combustión y la transmisión, mientras que los propulsores eléctricos fueron colocados en las ruedas delanteras y permiten que el superdeportivo cuente con un modo 100% eléctrico, llamado eDrive, que puede ser utilizado entre los 25 y 135 km/h. Trabajando en conjunto, el tren motriz o la unidad de potencia –siguiendo con la terminología utilizada en la F1- desarrolla nada menos que 1.000 CV y 800 Nm de torque.
La transmisión corre por cuenta de una caja automática de doble embrague y 8 velocidades, completamente evolucionada respecto a la de LaFerrari y que cuenta con una particularidad: carece de marcha atrás. Para retroceder, la SF90 se vale sólo de sus motores eléctricos. Pero lo más interesante y destacado es su performance: acelera de 0 a 100 km/h en apenas 2,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 340 km/h. En comparación, la Stradale mejoró en un segundo el tiempo de vuelta en el circuito de Fiorano frente a LaFerrari, al marcar 1:19.
Las baterías disponen de una capacidad de 7,9 kWh y permiten optar entre tres modos de funcionamiento: Hybrid, que combina todas las motorizaciones para lograr el máximo de eficiencia como en un híbrido convencional; Performance, que utiliza el motor de combustión para recargar las baterías y prioriza la utilización de la energía eléctrica; y Qualify, que exprime al máximo todo el desempeño de los tres motores, utilizando los 1.000 CV de forma constante.
Considerando que ya está en su fase de pruebas, es muy probable que su presentación esté cerca, de hecho, la propia Ferrari ya anticipó que este año presentará dos nuevos productos que podrían ser justamente esta SF90 Spider y una actualización del que luego de la llegada del Roma, se convirtió en su modelo intermedio, el Portofino.