La electrificación es protagonista en la industria automotriz y cada vez tendrá una importancia mayor en la gama de cada una de las marcas. Desde hace ya varios años la transición hacia un futuro 100% eléctrico comenzó y ya son varias automotrices las que le pusieron fecha límite al desarrollo de motores de combustión, especialmente al diésel. Volvo es una de ella y si bien todavía es una presunción, se encamina a ello: Hakan Samuelsson, CEO de Volvo cree que dentro de diez años la firma sueca será una marca que fabricará exclusivamente vehículos eléctricos.
Parece una meta bastante optimista, 2030 ya no está tan lejos, pero la compañía se fijó objetivos bien claros: para 2025 quiere que la mitad de sus ventas a nivel global correspondan a vehículos eléctricos o electrificados. Si lo logra, llegar a la otra mitad no debería ser tan complicado, ¿Pero el público aceptará semejante cambio? Eso aún está por verse, sin embargo en mercados donde existe una red de infraestructura acorde, las ventas de autos eléctricos no paran de crecer, como en China, Noruega o Alemania, entre otros, incluso en Estados Unidos con Tesla a la cabeza y la larga lista de fabricantes de pick ups eléctricas que comenzarán a llegar a las calles en 2021.
La marca sueca viene logrando números muy positivos tras la compra por parte de Geely y la renovación y ampliación de su gama: el año pasado comercializó 705.442 unidades en todo el mundo, un récord para la firma escandinava. De ese total, 45.933 unidades correspondieron a versiones híbridas enchufables ya que hasta ese momento no disponía de un vehículo completamente eléctrico, modelo que finalmente llegó: el XC40 Recharge. La variante cero emisiones del B-SUV utiliza la misma plataforma de las versiones convencionales aunque con algunas adaptaciones y reemplazó el motor de combustión por dos propulsores eléctricos que desarrollan una potencia combinada de 408 CV, alimentados por un paquete de baterías de 78 kWh, suficiente para otorgarle una autonomía de 400 kilómetros.
Es obvio que Volvo necesita más de un producto para alcanzar su ambicioso objetivo, pero ya demostró que cuenta con la capacidad de desarrollo y la tecnología, apoyada no sólo por Geely, sino por sus otras marcas, Polestar y Link&Co. En ese sentido, también apuestan por el peso del Gigante Asiático en su estrategia, ya que es el segundo mercado de la marca (con 154.961 unidades vendidas en 2019), sólo por detrás de Europa (340.605 unidades) y el de mayor demanda de autos eléctricos.
Otros factores en los que se apoya la marca para apuntar a esta visión sobre su futuro son las cada vez más exigentes normativas de emisiones que regirán en el Viejo Continente en los próximos años, así como la prohibición de los diésel en el Reino Unido, pactada para 2030. Es por ello que el directivo espera más medidas de ese tipo que pongan una fecha final para los motores de combustión: «El camino a seguir sería tener reglas claras sobre cuándo debemos salir del motor de combustión. Una vez que uno se ha dado cuenta de que los motores de gasolina y diésel no son realmente parte del futuro, es bastante fácil ver que tiene que moverse rápidamente hacia el nuevo mundo», indicó Samuelsson. Volvo ya es una referente histórica en seguridad, ¿Lo será ahora en electrificación? En unos años lo sabremos.