Hasta fines de 2021 Fiat adeudaba su ingreso al competitivo segmento de los B-SUV’s regionales –ya contaba con el 500X, pero con un posicionamiento y precio mucho más alto al ser importado de Europa-, lo que finalmente se concretó ese año con el Pulse, desarrollado íntegramente en Brasil, siendo el complemento perfecto para los exitosos Pulse y Cronos. El mercado lo recibió con los brazos abiertos y en menos de dos años ya alcanzó las 100.000 unidades producidas en la planta de Betim.
Así lo informó Stellantis, resaltando la importancia que tiene el centro de desarrollo regional y el mercado sudamericano para la compañía: “El Pulse sorprendió a nuestros clientes y viene cumpliendo muy bien su papel, como podemos ver en los excelentes resultados del último mes. El éxito de este modelo fue tal que también fue elegido para ser el primer SUV de Abarth en el mundo”, afirmó Herlander Zola, Vicepresidente Senior de Fiat para América del Sur.
Basado en la plataforma MLA –una evolución de la que utilizan el Argo/Cronos, con más refuerzos estructurales y tecnología que le permiten contar con más elementos de seguridad y asistencias a la conducción-, estéticamente su aire de familia con el hatchback es innegable, pero también cuenta con características propias que logran diferenciarlo. En primer lugar, el sector frontal fue reformulado por completo. Posee faros más grandes, de formato más horizontal e iluminación de Led, tanto para las luces principales como para las de circulación diurna. La parrilla también es más grande que en el hatch y se caracteriza por sus tres barras horizontales, el nuevo logo de la marca en el centro y la Fiat Flag es la esquina izquierda. El paragolpes se destaca por las tomas de aire de los extremos –que sirven a la vez como marco para las luces antiniebla- y la del centro, de formato trapezoidal.
De perfil es donde más se nota el aire de familia con el Argo, ya que comparte con él las puertas y el pilar A. Para darle un toque más personal, agrega el techo pintado de negro en contraste con la carrocería, un recurso muy utilizado por otros competidores. Tampoco faltan las barras de techo y unas vistosas llantas de aleación con terminación diamantada, así como las suspensiones con mayor despeje.
Por último, la parte trasera es, al igual que el sector frontal, una de las partes con mayor personalidad: posee un portón trasero con trazos y formas más marcadas que en el hatchback, junto con faros de aspecto más tridimensional. El portón está rematado por un prominente alerón que continúa la línea y el color del techo.
Puertas adentro, la marca italiana decidió jerarquizar al Pulse con un tablero completamente distinto y con nuevos elementos que poco a poco se irán introduciendo en el resto de la gama. Todo el frente es de diseño propio, comenzando por la pantalla del sistema multimedia y las salidas de aire trapezoidales que se ubican por debajo. También son nuevos los comandos de la climatización, que mantiene perillas y botones físicos, más intuitivos que otros sistemas que recurren sólo a superficies táctiles. Según la versión, puede contar con instrumental digital y un sistema multimedia con pantalla táctil de hasta 10,1”. El volante también es de nuevo diseño, especialmente en el centro y con la base plana, que, además de contar con comandos multifunción, agrega una tecla roja para la función Sport (a partir de la versión Drive CVT).
Mecánicamente, el B-SUV está disponible con el motor Firefly 1.3 de 99 CV con caja manual de 5 marchas o automática CVT o el nuevo Firefly 1.0 turbo de 120 CV con caja CVT. Mención aparte para la versión Abarth, en este caso impulsada por el propulsor Firefly 1.3 turbo de 180 CV asociado a una caja automática (con convertidor de par) de 6 velocidades.
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