Apuesta por la región: Nissan destacó la importancia de sus plantas en Brasil y Argentina en su estrategia para Sudamérica

Nissan siempre fue una marca que tuvo muy buen prestigio ganado en base a productos confiables y bien equipados desde el desembarco de la compañía en el país con productos importados, principalmente de Japón. Sin embargo, la firma nipona quiso dar un paso más y establecerse en la región, primero construyendo una planta en Brasil y luego otra en Argentina, fábricas que hoy por hoy resultan clave para su exitoso presente en Sudamérica y de cara al futuro.

Para demostrar su importancia, Nissan realizó un repaso de la historia de cada una y de su importancia a nivel global y regional. El 15 de abril de 2014 fue inaugurado el complejo industrial de Resende, en Río de Janeiro, que representó su primer paso. Con una inversión de U$S 1.500 millones anunciada ya en 2011, fue su primer polo industrial propio ya que anteriormente compartía la factoría de Sao José dos Pinhais con Renault, lo que le permitió contar con una capacidad de producción de hasta 200.000 vehículos y 200.000 motores al año en tres turnos. Hasta la fecha es una de las mayores inversiones realizadas por la compañía en el país vecino.

El otro gran salto lo dio en 2017, con una inversión extra de U$S 192 millones para fabricar el Kicks, la gran apuesta de la marca para América Latina y que sin dudas rindió sus frutos ya que rápidamente se convirtió en el modelo más vendido de la compañía. En 2021, Resende recibió otros U$S 20 millones para incorporar más tecnología y el restyling del B-SUV que se comercializa actualmente en nuestro mercado. La demanda fue tal que en octubre de ese año, sumó un nuevo turno de producción con 578 nuevos operarios para aumentar la producción del Kicks y potenciar las exportaciones, por supuesto cuidando la calidad, para lo que llevó a cabo 106.000 horas de capacitación interna.

Hasta el momento, la planta de Resende lleva fabricadas más de 500.000 unidades, de las cuales alrededor de 80.000 fueron exportadas a diversos países de la región, principalmente Argentina, que concentra un 63% de las exportaciones. El complejo industrial cuenta con un staff de 1.950 empleados, con una capacidad de 272 vehículos diarios (31 unidades por hora) y 227 motores por día.

Por su parte, el segundo gran paso de la compañía en la región lo dio en 2015 cuando anunció una inversión de U$S 600 millones en la planta de Santa Isabel, Córdoba. Este monto fue utilizado para la construcción de un anexo dedicado exclusivamente a la producción de la pick up Frontier junto a la Renault Alaskan que se sumó dos años después.

La fabricación de la camioneta mediana comenzó el 31 de julio de 2018 para abastecer al mercado interno y exportar a Brasil, integrándose a la red de producción de pick ups de la marca junto con Tailandia, México, España y China.

Más recientemente, en agosto de 2020, la firma nipona sumó una inversión adicional de U$S 130 millones destinada al desarrollo de proveedores locales, la incorporación de más tecnología y la producción del restyling de la Frontier, que se inició la semana pasada.

De acuerdo con los datos brindados por la compañía, en 2021 se fabricaron 18.641 unidades, lo que representa un 67% más frente al año anterior. De ese total, 12.457 unidades fueron exportadas a Brasil –donde alcanzó las 25.000 unidades exportadas desde 2020-. A partir de este año, además del restyling, se sumarán dos nuevos destinos de exportación –Chile y Colombia-, en este caso con motorizaciones homologadas bajo las normativas Euro VI.

De esta manera, con las inversiones y la modernización de sus dos plantas sudamericanas, Nissan aspira a convertirse en una de las tres automotrices más importantes de la región.