Hace unos días atrás, Honda anunció que apunta a comercializar más de 1.300.000 de vehículos híbridos hacia 2030, es decir, duplicar su volumen actual. Para ello no basta sólo con su gama actual, sino ampliar la disponibilidad de versiones en más y nuevos productos. Es por eso que la clave para lograrlo será masificar aún más la tecnología e:HEV y es lo que planea hacer con el desarrollo de nuevos motores y adaptaciones a plataformas más pequeñas.
En ese sentido, la compañía confirmó que sus futuros híbridos incorporarán un avanzado sistema de doble motorización compuesto por un motor de combustión de 1.5 o 2.0 litros con inyección directa y ciclo Atkinson, acompañado de un motor eléctrico y un sistema de refrigeración integrado. La firma nipona asegura que todos los componentes son completamente nuevos, incluyendo la transmisión y las unidades de control y no evoluciones del actual e:HEV que equipan el Civic, la CR-V o el Accord.
Ambas configuraciones ofrecerán tres modos de conducción que pueden seleccionarse en cualquier momento, garantizando una experiencia de manejo fluida: tal como en los modelos actuales, el modo EV Drive utiliza exclusivamente la energía almacenada en la batería para propulsión; en el modo Hybrid Drive, el motor de combustión genera electricidad para mover el vehículo; y en el modo Direct Drive, el motor de combustión se conecta directamente a las ruedas mediante un embrague, maximizando la eficiencia a altas velocidades.
El sistema híbrido con motor de 2.0 litros debutará en la nueva Prelude, prevista para 2026. La coupé incluirá además el innovador modo de conducción S+ Shift, que imita los cambios de marcha de una transmisión automática, brindando una experiencia similar a la de los deportivos de alto rendimiento. Otra ventaja destacada de esta tecnología híbrida es su tracción total eléctrica (E-AWD).
Esta solución no solo reduce peso, sino que también permite una distribución inmediata del par motor entre los ejes. Los ingenieros de Honda trabajan en optimizar la gestión del par eléctrico según las variaciones en la carga de los neumáticos durante aceleraciones, frenadas y curvas. La dosificación precisa del torque es fundamental para garantizar la estabilidad y la tracción del vehículo, independientemente del estado del camino.