Bestial: el Ford Mustang Shelby GT500 2020 llega a los 770 CV

A principios de año, Ford develó en el Salón de Detroit al nuevo Shelby GT500, la versión más extrema y deportiva del Mustang. Si bien anunció varios datos técnicos, la potencia no fue informada de forma precisa: se habló de unos 700 CV que lo dejaban muy cerca de sus dos rivales directos, el Chevrolet Camaro ZL1 (650 CV) y el Dodge Challenger Hellcat (717 CV), pero ahora se conoció la cifra real: nada más ni nada menos que 770 CV.

Según datos oficiales, el GT500 lleva su motor V8 Voodoo de 5.2 litros a 770 CV a 7.300 rpm y 86,1 kgm de torque desde las 3.000 rpm gracias a un compresor de 2,65 litros de capacidad y 12 PSI de presión de soplado. Es más, la marca del óvalo reveló que aún ofrece un buen margen de mejoras para preparadores, pudiendo alcanzar o superar los 860 CV.

Para lograr semejante potencia, la firma del óvalo junto con Shelby estudiaron minuciosamente todas las alternativas: en un momento se pensó en equiparlo con dos turbocompresores en lugar del supercargador, pero se llegó a la conclusión de que un compresor volumétrico grande entregaría respuestas más rápidas en aceleración junto con una mayor potencia. Además, el uso de dos turbos requeriría un complejo sistema de tubos para suministrar más aire al motor. Aún así, el compresor no deja de ser bastante complejo: posee un intercooler sobredimensionado –refrigerado por agua- y un total de seis radiadores, incluyendo uno para la transmisión.

Justamente, en relación a la transmisión, el Shelby GT500 utiliza una caja automática Tremec de doble embrague y siete marchas, con modos Normal, Weather, Sport, Drag y Track, que puede realizar el pasaje de velocidades en menos de 100 milisegundos. Además, para resistir y pasar semejante cifra de potencia y torque al eje trasero, el cardan está fabricado en fibra de carbono. Así, en combinación con el Launch Control, el GT-500 acelera de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos y baja los 11 segundos en el cuarto de milla.

Estéticamente, su diseño se muestra mucho más agresivo y con una cuidada aerodinámica, con el sector frontal ensanchado hacia los extremos, una enorme toma de aire sobre el capot y dos paquetes estéticos opcionales, denominados Handling Package –con alerón trasero de tipo Gurney- y Carbon Fiber Track Package, con llantas de fibra de carbono de 20”, la eliminación de los asientos traseros y un Splitter delantero de diseño específico. Curiosamente, no cuenta con el mismo rediseño del resto de las versiones tradicionales del Mustang: esto se debe a que las piezas adicionales fueron trabajadas sobre la serie pre-restyling y actualizarlas encarecería su desarrollo y precio final.