La octava generación del Corvette planteó un profundo cambio de paradigma: el icónico deportivo estadounidense que siempre apuntó a competir con Porsche o Ferrari dejaba atrás la clásica configuración de motor delantero y tracción trasera para adoptar la fórmula más eficaz para un vehículo de estas características, motor central y tracción trasera. Este punto de quiebre que sin dudas le permitió dar un salto en comportamiento y ponerse a la par de sus rivales, significó también cierta pérdida de su personalidad. Como suele suceder en estas cuestiones, sólo quedaba esperar y dejar pasar el tiempo para conocer la respuesta del público. Ahora, a casi un año de su presentación, podemos decir que la aceptación fue muy positiva, al punto de que la planta de Bowling Green aumentó su ritmo de producción para cumplir con los pedidos antes de que llegue la especificación MY2021.
Así lo revelaron foros y medios de prensa norteamericanos que señalan que recientemente se incorporó un segundo turno de trabajo a la noche, lo que permitió elevar el ritmo de producción de 90 a 140 unidades diarias. Si bien esto puede responder a una mayor demanda, también tiene que ver con cumplir con las entregas pactadas antes de su actualización y es que el Corvette C8 también sufrió algunos retrasos en su plan de producción previsto. En primer lugar, el conflicto con el sindicato de operarios que paralizó algunas plantas de GM el año pasado hizo que el inicio de su fabricación pasara de septiembre a enero de este año. Poco más de dos meses después, la producción tuvo que suspenderse a causa del coronavirus, por lo que recién ahora está recuperando su ritmo habitual de trabajo, justo un par de meses antes de que sea introducido el Model Year 2021, con pequeñas modificaciones, cuya producción comenzaría en noviembre.
En julio de este año, la marca del moño develó esta actualización que no plantea cambios estéticos, sino en la configuración de las versiones y la gama: por un lado, el sistema de suspensión adaptativa Magnetic Selective Ride Control pasará a ser un opcional libre –antes estaba disponible como parte del paquete Z51-. Este pack, en lugar de la suspensión, sumará un nuevo sistema de escape que elevará la potencia en 5 CV (502 CV). Asimismo, toda la gama dispondrá de conectividad Android Auto y Apple CarPlay para el sistema multimedia; el Buckle to Drive, que obliga a abrocharse correctamente los cinturones de seguridad; cámara de estacionamiento y como en el Cruze o el Onix regional, módem WiFi 4G.
Por último, como en toda actualización de este tipo, se ofrecerán nuevos colores para la carrocería –Silver Flare Metallic y Red Mist Metallic Tintcoat- junto con nuevas gráficas o hasta la posibilidad de realizar combinaciones similares al clásico esquema de Gulf Racing o blanco con líneas azules, tonos que identificaban a los vehículos estadounidenses en competición.
Por el momento, no hay planes inmediatos sobre su llegada a nuestro país aunque tampoco lo podemos descartar del todo: a mediados de la década pasada, Chevrolet comercializó durante algún tiempo al C6 en su recordada versión Z06, la última generación que mantuvo la luneta trasera envolvente.