Citroën avanza con la renovación de sus productos, desde los más grandes hasta los más pequeños, incluyendo el Ami. El pequeño citycar –o microcar- es un éxito en Europa por lo accesible que resulta –no sólo por su precio, sino porque pueden conducirlo jóvenes desde los 15 años con una licencia de cuatriciclo-, lo que lo convirtió en una auténtica solución de movilidad para las grandes ciudades. Para seguir reforzando su éxito, la marca francesa presentó en el Salón de París su primer restyling.
Aunque en algunos medios se habla de una nueva generación, lo cierto es que es en realidad un profundo restyling: los cambios se concentran en el sector frontal y el posterior, manteniendo una de sus características distintivas, la simetría. Salvando detalles obvios como el color de los faros, ambos sectores son idénticos. Los faros fueron rediseñados y ahora incorporan un marco redondeado de color negro, mientras que las líneas que forman el frente y el remate posterior son más rectas, tal como en los nuevos productos de la firma del doble chevrón, a su vez, inspirados en el concept Oli. Además, recibió el nuevo emblema de Citroën. De perfil se destacan los nuevos embellecedores plásticos de las ruedas, ahora con un diseño de cubos con los bordes redondos. Puertas adentro, no se advierten modificaciones de consideración.
Con solo 2,40 metros de largo, 1,39 m de ancho y 1,52 m de alto, el Ami es un microcar biplaza que en algunos países del Viejo Continente es homologado inclusive como un cuatriciclo debido a su baja potencia y porte. Está impulsado por un motor eléctrico de 8 CV, alimentado por un paquete de baterías de 5,5 kWh de capacidad que le permite recorrer hasta 75 kilómetros según el ciclo WLTP. La misma puede recargarse en solo 3 horas, utilizando un cargador de 2,2 kW. Su capacidad es de solo dos pasajeros más equipaje y, a pesar de que no tiene un diseño muy agraciado, es elegido por muchos jóvenes ya que puede ser conducido por mayores de 14 años en áreas urbanas. También cuenta con una versión de carga y hasta un “cabriolet”, con techo de lona. Entre sus atributos, se destacan su amplia luminosidad, contar con un habitáculo cerrado y climatizado y con múltiples portaobjetos para el uso diario. Como un guiño a la historia de la compañía y a uno de sus modelos más icónicos, las ventanillas laterales se abren de forma basculante, como el recordado 2CV. Obviamente no se destaca por prestaciones –alcanza una velocidad máxima de 45 km/h limitada electrónicamente-, pero sí por maniobrabilidad, con un diámetro de giro de apenas 7,2 metros.
Para destacarlo aún más en la muestra parisina, la marca llevó también el Ami Buggy Vision, un prototipo con estética más aventurera, que reemplaza las puertas por soportes para tablas de surf, agrega neumáticos todoterreno y faros delanteros amarillos, también en homenaje a los autos franceses de antaño.
El renovado Ami estará disponible en Europa desde el primer semestre de 2025 y continúa en análisis para nuestro país.
