La electrificación y los combustibles alternativos también están llegando a nuestra región, que posee un enorme potencial para su producción. Así como Chile fue elegida por Porsche para instalar la planta de elaboración de su e-fuel (ver nota) y en Argentina hay grandes reservas de litio, mineral esencial para la fabricación de baterías, en Brasil resulta muy atractiva la utilización de etanol ya no solo para la producción de bioetanol, sino también para el hidrógeno. Así lo plantea Toyota que anunció una alianza con otras empresas para avanzar en este proyecto.
El objetivo es ambicioso, pero realmente posible: la firma japonesa busca viabilizar la producción de hidrógeno “verde” (obtenido de fuentes renovables) a una escala industrial para abastecer a sus vehículos FCEV (eléctricos a pila de combustible de hidrógeno). Para ello, la compañía firmó un acuerdo de Investigación y Desarrollo con Shell Brasil, Raízen, Hytron, la Universidad de Sao Paulo, el Centro de Desarrollo para la Innovación en Gases de Efecto Invernadero y el SENAI. Como parte de esta alianza, la marca cederá una unidad del Mirai FCEV para ser utilizado en pruebas que permitan comprobar la performance de un vehículo impulsado por el hidrógeno producido a partir del etanol. El combustible también será utilizado por tres ómnibus que circularán en la Ciudad Universitaria de Sao Paulo.
Por su parte, Shell Brasil invertirá R$ 50 millones en el proyecto en el que también medirá la huella de carbono del ciclo “de la granja a la rueda”, las emisiones de CO2 es decir, desde el cultivo de la caña de azúcar hasta el consumo del vehículo. Al respecto, Alexandre Breda, gerente de Tecnología de Bajo Carbono de la petrolera, afirmó: “El objetivo de este innovador proyecto de I+D es demostrar que el etanol puede ser un vector para producir hidrógeno renovable, aprovechando la logística existente de la industria del etanol”, mientras que Mateus Lopes, director de Transición Energética e Inversiones de Raízen, agregó: “La producción local de hidrógeno renovable a través del reformado de etanol es una solución eficiente, sostenible y fácilmente replicable a nivel mundial, debido al bajo costo de transporte del biocombustible”.
Según los integrantes del proyecto de I+D, una vez realizadas las inversiones y con la planta en pleno funcionamiento –hacia el primer semestre de 2024-, la meta es producir 4,5 kg/h de hidrógeno y que sirva como modelo para otros países alrededor del mundo.