Mientras avanzan los test de rodaje, General Motors también trabaja a la vez en la tecnología que contará la nueva Chevrolet Montana y acaba de adelantar una característica que sin dudas marcará la diferencia con respecto a sus rivales e incluso frente a productos de otros segmentos: podrá recibir actualizaciones remotas de software, lo que la dejará como el único vehículo de producción regional en contar con esta capacidad.
De acuerdo al comunicado oficial, una de las áreas en las que están trabajando los equipos de desarrollo es “la validación de un innovador sistema de conectividad del vehículo, que podrá recibir actualizaciones remotas del software inherente a la arquitectura electrónica de la pick up y de las aplicaciones nativas del nuevo sistema multimedia, que nacerá como una ampliación del cuadro de instrumentos”, lo que indica que la Montana podría contar con dos pantallas, unidas entre sí como está siendo tendencia en el segmento Premium, que brindarán todo tipo de información del vehículo y acceder a numerosas funciones. Vale recordar que en China la Tracker RS estrenó un nuevo tablero de estas mismas características (foto).
En el anterior comunicado, desde la compañía estadounidense ratificaron que la pick up compacta utilizará la plataforma modular GEM –la misma del Onix y Tracker-, aunque con características particulares para ofrecer una mayor capacidad de carga –incluyendo “tecnologías que brindarán mayor versatilidad de uso” según el comunicado oficial- y un mejor aprovechamiento del espacio interior para ofrecer más comodidad a los pasajeros.
Actualmente, la fase final de pruebas viene avanzando a buen ritmo en el CPCA (Centro de Pruebas de Cruz Alta), como se conoce al territorio de pruebas en Cruz Alta de GM, que dispone de 17 tipos diferentes de pistas, incluyendo la “tortura” y la “recta infinita”; además de siete laboratorios, como los de dinámica vehicular, electrónico y análisis de emisiones. “Superamos los 6.000.000 de kilómetros recorridos al año entre las más de mil pruebas que se realizan en el Campo de Pruebas de GM. Con eso, en seis meses es posible simular el desgaste que sufrirá un automóvil si anduviera durante 15 años de tránsito en condiciones normales, o el equivalente a 240.000 kilómetros”, explicó Leandro Couto, director del CPCA.
Otro punto que reveló la compañía es que cada configuración de vehículo suele tener un set-up personalizado, para cumplir exactamente con la propuesta de esa versión. Estas unidades tienen un triste final como vehículos, pero sustentable: todos los autos de prueba luego se envían a “scrap” (hacer chatarra). El año pasado por ejemplo, el campo de pruebas recicló casi 300 prototipos y 35 toneladas de neumáticos. Parte de ellos provienen del laboratorio de seguridad vehicular, donde se realizan los crash-test para evaluar el nivel de protección para sus ocupantes.