La salida obligada del antiguo Cinquecento de Europa, donde mantenía muy buenos niveles de ventas a pesar de sus años en el mercado, dejó a Fiat con un importante hueco en su gama, un espacio que ni el nuevo Grande Panda iba a poder ocupar. Esto, sumado a que la demanda de autos eléctricos cayó considerablemente llevó a que la marca italiana revea sus planes y, pese a que no estaba previsto inicialmente, analice la posibilidad de desarrollar una versión híbrida de la nueva generación. Y ya no son solo rumores, sino que pronto será una realidad: se llamará Fiat 500 Torino y será presentada en 2025.
Así lo confirmó Olivier Francois, CEO de la compañía a medios de prensa del Viejo Continente, aunque todavía sin develar sus características. Afortunadamente para Stellantis, esta vez no tendrá problemas con el nombre: el 500 sí se produce en Italia, por lo que el gobierno de su país no podrá plantear ningún reclamo ante el uso del nombre Torino –en claro homenaje a la ciudad donde fue fundada Fiat-, como sí sucedió con el Alfa Romeo Milano, que debió ser renombrado como Junior ante la queja de las autoridades locales al no fabricarse allí.
Tal como señalamos anteriormente, a pesar de la gran expectativa inicial por la nueva generación del Fiat 500 que se comercializa sólo en versiones eléctricas, las ventas no son las esperadas, lo que estaría llevando a la compañía a replantear seriamente su estrategia para el Cinquecento. Debido a la caída en la demanda, la planta italiana de Mirafiori donde se fabrica el 500e debió suspender la producción hace unos meses atrás y actualmente debió eliminar uno de los turnos. Las perspectivas no son buenas para los próximos meses y, para peor, el Cinquecento con motor de combustión, correspondiente a la generación anterior, dejará de fabricarse este mes debido a que no cumple con los requisitos de seguridad obligatorios que van a regir en Europa y tampoco con los de seguridad informática. Si bien el modelo sí mantiene un buen nivel de ventas, actualizarlo requiere una inversión más grande que no justifica su continuación.
En esa encrucijada se encontraba la firma italiana, y la solución fue la esperada: desarrollar una versión con motor de combustión del nuevo 500e, ya que este modelo sí cumple con todos los requerimientos del Viejo Continente. El problema son una vez más, los costos, ya que adaptar una plataforma que nació exclusivamente para vehículos eléctricos a que pueda funcionar con un propulsor térmico también llevará su tiempo y recursos. Se baraja la posibilidad de que el 500 sume una nueva versión mild-hybrid, cuyas características aún se desconocen, pero la compañía podría aprovechar las mecánicas ya existentes dentro del Grupo Stellantis como las que utilizan el Jeep Avenger o el Fiat 600. Para amortizar esa inversión, deberá vender unas 100.000 unidades anuales, el objetivo que la marca tenía inicialmente para el citycar eléctrico.
