Pocos días después de que trascendiera el proyecto de un nuevo B-SUV que finalmente sería el elegido para fabricarse en Brasil, desde Tailandia llegan más novedades en relación a Toyota y al Yaris de nueva generación, que también será producido en el país vecino hacia 2024: como era de esperarse, tendrá una versión híbrida, pero no será una del tipo convencional, sino con el nuevo sistema e-Smart.
Tal como señalamos en otras oportunidades, el Yaris tailandés fue desarrollado sobre la plataforma DNGA, una versión simplificada de la TNGA-B, pensada especialmente para productos de Daihatsu. La marca japonesa, también propiedad de Toyota fue la que desarrolló el sistema e-Smart Hybrid, similar al e-Power de Nissan. En este caso, se rumorea que el Yaris híbrido –así como también el B-SUV- contarán con un motor eléctrico que será utilizado para impulsar al vehículo, asociado a un motor naftero 1.5 pero que en este caso sólo servirá como generador para recargar las baterías. Esta tecnología ya debutó en el Raize –comercializado también como Daihatsu Rocky- y dispone además de un sistema de recuperación de energía que permite conducir utilizando un solo pedal –similar al e-Pedal de Nissan-, denominado S-PDL, que gracias a su nivel de retención, puede funcionar como freno, mientras recupera energía que sirve para ayudar a recargar las baterías.
Por el momento no se conocieron más detalles de esta versión, como sus características técnicas, potencia o autonomía, pero se espera que sea presentada este mismo año en países del sudeste asiático. Su llegada a nuestra región aún no fue confirmada pero es esperable que se concrete a mediano plazo, tras el inicio de producción del sedán con el que Toyota apunta a competir contra el Honda City brasileño y el renovado Volkswagen Virtus, entre otros.
Presentado en agosto del año pasado, la nueva generación del Yaris para mercados emergentes se comercializa sólo en versión sedán. Estéticamente, lo primero que salta a la vista es su parecido con el Corolla, especialmente en el sector frontal: a diferencia de su par del Viejo Continente, la marca japonesa prefirió apostar por trazos bien rectos en lugar de más redondeados. El formato de los faros, la parrilla y la toma de aire central recuerdan a su hermano mayor, con un estilo más elegante respecto a su antecesor.
De perfil es también muy distinto al hatchback/sedán que conocemos, con el agregado de una tercera ventanilla de formato triangular sobre el pilar C y un remate posterior que se asemeja más al de un fastback, como para darle un aspecto más dinámico y deportivo. Por último, en el remate posterior se destacan los faros traseros, también de formato horizontal y que se extienden sobre la tapa del baúl y le otorgan un aspecto más agresivo.
El otro gran salto lo da en el interior, mucho más moderno y con cierto parecido al que podemos encontrar en un Corolla e incluso en el Mirai, especialmente por las salidas de aire y la pantalla táctil de 9” en la parte superior de la consola central. También se renovaron los comandos para la climatización y el volante. Por supuesto, incorpora asistencias a la conducción como frenado autónomo de emergencia, sistema de mantenimiento de carril y control de velocidad crucero adaptativo.