Por un momento viajemos mentalmente a Estados Unidos e imaginemos esta situación: ¿Qué pasa si el habitual usuario de un muscle car y su pareja deciden formar una familia, y con uno o varios hijos y el carrito de bebé, el auto queda chico, pero aún así no quieren resignar las prestaciones y el sonido de un V8? La solución, como no podía ser de otra manera, también fue pensada al sentir norteamericano: combinar la potencia de un muscle car con la funcionalidad de un SUV. Así nació la Jeep Grand Cherokee SRT, la versión más deportiva del emblemático Sport Utility de la firma de las siete barras que fue desarrollada por la división Street and Racing Technology del Grupo FCA, la misma que creó los bestiales Dodge Challenger y Charger Hellcat.
La idea ya se implementó en la generación anterior de la Grand Cherokee, pero maduró y evolucionó considerablemente en la actual, que reemplazó el V8 HEMI de 5.7 litros por otro de 6.4 litros y 472 CV que es el no nos pudimos resistir a manejar en el marco de la presentación, hace unos días atrás, de la Ellerstina-Johor Polo Team, equipo patrocinado por Jeep que va en busca de la Triple Corona y se trasladará precisamente en cuatro ejemplares de esta SRT.
Diseño:
La discreción no es el adjetivo que mejor describe a la Grand Cherokee SRT. Su apariencia es imponente e intimidante, sólo superado por la última criatura de SRT, la Grand Cherokee Trackhawk, que utiliza el HEMI sobrealimentado de 717 CV del Hellcat y que por ahora sólo se comercializa en América del Norte.
Ese aspecto tan particular está logrado sobre todo por el sector frontal, con una máscara negra que rodea los faros –más finos y de Led desde la última actualización del SUV- y el rediseñado paragolpes, con una gran toma de aire en forma de trapecio y otras dos en los extremos que sirven también como marco para los faros antiniebla. Mención aparte para el capot con nervaduras más prominentes y dos salidas de aire –funcionales-, para disipar el calor del motor.
De perfil, llaman la atención los pasarruedas ensanchados y las enormes llantas de aleación de 20 pulgadas, de cinco rayos con diseño en “Y”, pintadas en un tono grafito y calzadas con neumáticos Pirelli PZero en medida 295/45 ZR20, que dejan ver los frenos Brembo con cálipers rojos. La suspensión recibió una puesta a punto en esta versión SRT y está rebajada varios milímetros respecto a la Overland o Limited. Esta menor altura total (1.749 mm vs 1.802 mm) también está lograda al eliminar las barras de techo.
La parte trasera termina de rematar el agresivo diseño de la SRT con un alerón de mayor tamaño y sobre todo el paragolpes, que se destaca por la doble salida de escape que colabora para que el sonido del V8 sea una melodía atrapante y adictiva.
Interior y equipamiento:
Ese planteo típicamente norteamericano del exterior se replica aún más en el interior, con una logradísima combinación entre confort y deportividad. Las butacas deportivas de la SRT están hechas a la medida de la talla estadounidense, por lo que sobra espacio a lo ancho, aunque los generosos pétalos laterales alcanzan a brindar una buena sujeción en curvas. Encontrar una posición de manejo a gusto del conductor es una tarea sumamente fácil con las múltiples regulaciones eléctricas de los asientos, de la columna de dirección y hasta de la pedalera.
Todos los ocupantes disfrutarán de un generoso espacio para las piernas, mientras que los pasajeros de las plazas traseras contarán además con una de las perlitas de esta SRT: pantallas en los respaldos de las butacas delanteras con entradas HDMI y fichas de audio/video en los laterales. Así, utilizada como vehículo familiar, la Grand Cherokee SRT podrá hacer gala de sus cualidades: la performance y el sonido de su temperamental V8, mientras los más chicos juegan o ven películas en el asiento trasero.
La SRT se diferencia del resto de las versiones de la Grand Cherokee además por contar con un instrumental específico, con una serigrafía de los relojes analógicos que acentúa su carácter sport más un display a color para el tacómetro y con diversa información de la computadora de a bordo. El costado tecnológico se complementa con la enorme pantalla táctil de 8,4 pulgadas del sistema multimedia Uconnect, que además de las habituales funciones de infoentretenimiento, también permite observar varios parámetros del vehículo, como los ajustes de la suspensión, la transmisión o la dirección según el modo de conducción elegido. Otros “indicadores” de la naturaleza deportiva de este SUV son los diversos apliques de fibra de carbono que reemplazan a las inserciones de madera en el tablero y la plancha frontal, así como también el tapizado mixto de las butacas, de cuero y alcántara.
Claro que quien busque confort para el día a día, lo encontrará: climatizador automático bizona con salidas de aire en plazas traseras, regulaciones eléctricas para las butacas del conductor y pasajero, asientos delanteros y traseros calefaccionados, volante multifunción calefaccionado y con regulaciones eléctricas, cierre centralizado, control de velocidad crucero, encendido por botón, equipo de sonido Premium, doble techo panorámico corredizo y portón trasero con apertura eléctrica.
En seguridad, el listado es amplio: airbags frontales, laterales y de cortina, asistente de mantenimiento de carril y estacionamiento paralelo, asistente de arranque y descenso de pendientes, frenos a disco en las cuatro ruedas con ABS/EBD, control de tracción, control de estabilidad, sensor de presión de los neumáticos y anclajes Isofix, entre otros ítems. Por su precio, podríamos pedirle también algunos asistentes de conducción más avanzados como el frenado automático en ciudad o control de velocidad crucero adaptativo, pero dado que su concepción ya data de hace varios años atrás, no los contempla. Sí lo hará la próxima generación.
Mecánica y comportamiento:
Por más de que el diseño exterior e interior acompañen, el protagonismo absoluto de la SRT se lo lleva su motor, ni más ni menos que el legendario HEMI con sus característicos 8 cilindros en V dispuestos a 90°, que en este caso cuenta con una cilindrada de ¡6.4 litros! (390 pulgadas cúbicas para expresarlo al estilo americano), que desarrolla 472 CV a 6.250 rpm y un torque igual de impresionante de 624 Nm a 4.100 rpm.
Todo esto bajo una receta old school: nada de turbos o sobrealimentación, cilindrada pura y dura o como dicen en EE.UU., “No replacement for displacement” (traducido literalmente como “no hay reemplazo para el desplazamiento”, en referencia a la cilindrada). La transmisión corre por cuenta de una caja automática de 8 velocidades con convertidor de par –que aguanta de manera excelente la potencia y el torque del V8- y del sistema de tracción integral Quadra Trac Active on Demand, de acople automático y con menos configuraciones que el del resto de las versiones, dado que no está pensado para excursiones extremas fuera del asfalto.
Adicionalmente, dispone de Launch Control -fácilmente identificable con el dibujo de un semáforo de ¼ de milla-, y de un selector de modos (Selec-Trac) con cuatro funciones: Auto, Snow, Tow, Sport y Track (automático, nieve, remolque, deportivo y pista), mas un botón (Custom) que permite realizar seteos a gusto del conductor.
Hasta ahí las cifras oficiales, pero ¿Qué se siente al manejarla? Esa fue la pregunta que más ansiedad nos generaba mientras esperábamos la presentación de la Ellerstina Polo Team y el comienzo del test drive. Llegado ese momento y ya en el puesto del conductor, presionamos el botón de encendido y el rugir del V8 empezó a hacerse sentir: como en muchos deportivos, el arranque viene acompañado de una brevísima aceleración en vacío como un pequeño anticipo de lo que es capaz de hacer con ese cubicaje y potencia.
Selectora en D, y la primera sorpresa que genera adrenalina e impone respeto a la vez: la respuesta del acelerador es extremadamente rápida y directa. Luego de manejar cualquier vehículo más mundano o convencional, lleva un tiempo de acostumbramiento domar a ese brioso número de caballos bajo el capot, deseosos de correr libremente. Si hay que conducir a baja velocidad, como en los caminos internos de la estancia, hay que manejarla «con la punta de los pies». Una vez que cruzamos la portada de la Ellerstina, ahora sí, es momento de dar rienda suelta a la tropa de 472 CV… De pronto el gorgoteo del HEMI se transforma en un sonido ronco y en poco más de un abrir y cerrar de ojos ya estamos cerca de los 100 km/h. Jeep declara apenas 5 segundos para alcanzar esa velocidad y creemos que esa cifra se acerca bastante a la realidad.
A la hora de frenar el equipo firmado por Brembo está a la altura de las circunstancias, con cuatro discos de generosas dimensiones (380 y 350 mm), junto con pinzas de seis pistones en el eje delantero y de cuatro pistones en el eje trasero, siempre asistido por el ABS y EBD.
El contacto fue de unos pocos kilómetros y a diferente ritmo, por lo que no pudimos realizar pruebas precisas de consumo, aunque lógicamente no se espera que sea menor al V6 Pentastar del resto de la gama. Cómo pequeña contribución a la eficiencia, el HEMI cuenta con el sistema de desactivación automática de cilindros, pero que sólo actúa en determinadas ocasiones y a velocidad constante.
¿Cómo la vemos para el uso diario? Teniendo en cuenta que el consumo del motor no es precisamente bajo y que sus dimensiones no son compactas (mide 4.846 mm de largo, 1.954 mm de ancho –con espejos- y 1.749 mm de alto), por lo demás resulta un vehículo versátil por su habitabilidad y nivel de confort, maniobrable –gracias a su dirección eléctrica y asistentes de estacionamiento, pero ojo con la presión sobre el acelerador…-, aunque su fuerte está en la ruta o en lugares donde el conductor pueda disfrutar del poderío de su motor, que como todo muscle car, es el ¼ de milla.
Precio y conclusión:
U$S 121.400 es el precio de esta Grand Cherokee SRT, un valor que puede llegar a impresionar de la misma manera que su aceleración si lo pasamos a pesos, pero que hay que analizarlo no desde el bolsillo, sino desde lo que transmite: no será la más moderna y eficiente, pero es una auténtica máquina de entregar sensaciones… Aunque si buscamos racionalidad, también la tiene: por su precio, no hay ningún otro SUV que ofrezca potencia y prestaciones similares. En tiempos actuales en los que la electrificación amenaza el futuro de estos poderosos V8, desde acá le deseamos larga vida al HEMI.
Tremendo carro. El sueño del pibe
En Uruguay también se comercializa la bestia de mana de 700 cv, pero claro, con un precio de 295 Mil verdes ?
Extraordinario.Sobre todo para disfrutar en los Emiratos.donde la nafta vale 20 cent de dolar.
EXCELENTE PRODUCTO, excelente por el nivel altísimo de FCA.
Felicitaciones al grupo.
Saludos.