Pasaron años desde la presentación del prototipo que la anticipaba e incluso su hermana menor fue lanzada antes, pero finalmente llegó el momento de su presentación: Dacia develó la nueva Bigster, un C-SUV que demuestra el salto de calidad que está logrando la marca rumana y que a la vez sigue la fórmula que tanto éxito le viene dando a la compañía y que la está llevando a ser una de las más vendidas en Europa.
Podríamos definir a la Bigster como a la versión XL de la Duster y aunque la marca señala que se trata de un producto totalmente nuevo, lo cierto es que son casi idénticas en diseño y en gran parte de los componentes. Desde el sector frontal y hasta las puertas traseras son similares. La gran diferencia y donde da el salto hacia el segmento C-SUV es desde el pilar C hacia atrás, mucho más alargado, incrementando sus dimensiones hasta los 4,57 metros de largo y 2,7 metros de distancia entre ejes.
Estéticamente, se destaca su porte más musculoso, remarcado por los pasarruedas y protecciones en el paragolpes, la parte baja de la carrocería y en el marco de las puertas delanteras. De perfil, las manijas de las puertas traseras están ocultas sobre el parante. La mayor diferencia respecto al B-SUV radica de allí hacia atrás, con un remate posterior más alargado.
Puertas adentro, la Bigster muestra nuevamente su parentesco con la Duster, ya que comparten el tablero. Cuenta con un diseño más tridimensional y se destaca la incorporación del instrumental digital en casi todas las versiones –menos en la de acceso-, así como también una gran pantalla para el sistema multimedia tipo tablet flotante y un soporte para el celular. Las salidas de aire son de formato hexagonal y cuentan con un aplique en forma de Y, mientras que el volante y la selectora de marchas son similares a los de Renault. Todo el habitáculo está construido con plásticos duros, aunque se nota una mejora en la percepción de calidad.
Para jerarquizarla, suma varios ítems hasta ahora impensados en un Dacia, como climatizador automático bizona, butacas delanteras con regulación eléctrica, portón trasero de apertura eléctrica y techo solar panorámico. Lo más llamativo es, sin embargo, que contrariamente a lo que anticipaba el prototipo, no cuenta con una configuración de 7 plazas sino sólo de 5 asientos. Quizás en una segunda etapa sí se sume una opción de este tipo. En cambio, sí se ofrecen numerosos accesorios que permiten instalar una cama o una carpa a bordo.
Mención aparte para la seguridad, evidenciando las mejoras que permite la plataforma CMF al recibir un completo paquete de sistemas de asistencia a la conducción con frenado autónomo de emergencia, detección de vehículos, peatones y ciclistas, reconocimiento de señales de tránsito, asistente de estacionamiento trasero, asistente de emergencia, alerta de cambio involuntario de carril, asistente de mantenimiento de carril y detector de fatiga, entre otros.
Mecánicamente, también aprovecha la base del B-SUV: la gama arranca con los motores nafteros 1.2 TCe de tres cilindros, de 130 y 140 CV, ambos con sistema mild-hybrid de 48V y caja manual de 6 marchas. Curiosamente, la opción de 130 CV es la única que puede ofrecer una variante 4×4 con modos de conducción Auto, Snow, Mud/Sand, Off Road y Eco. Le sigue la versión a GLP, también con el 1.2 TCe de 140 CV y sistema mild-hybrid de 48V y como tope de gama, la variante Hybrid 155 (híbrida autorrecargable), que combina un motor naftero con dos eléctricos y desarrolla 155 CV. Equipada con una batería de iones de litio de 1,4 kWh de capacidad, puede circular en modo 100% eléctrico en pequeñas distancias y determinadas situaciones.
Dacia comenzará a aceptar reservas hacia fin de año, con las primeras entregas previstas para abril. En nuestra región si bien no está previsto que arribe la Bigster, sí está confirmado un nuevo C-SUV que tomará su base y se posicionará por encima de los Renault Kardian y Duster.
