MINI es una de las marcas que compite de manera oficial en el Dakar, que en esta edición se realizará 100% sobre territorio peruano y con el desierto como principal desafío. Al igual que en la edición anterior, la firma británica junto con el X-Raid Team pondrán en la pista dos variantes distintas del John Cooper Works, denominadas Buggy –que serán conducidas por Carlos Sainz, Stéphane Peterhansel y Cyril Despres- y Rally –con Nani Roma, Jakub “Kuba” Przygonski, Yazeel Al-Rajhi, Orlando Terranova y Boris Garafulic al volante-.
Pero ¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre ambos prototipos? Empecemos por las similitudes: los dos vehículos están homologados por la FIA en la categoría T1, cuentan con un chasis tubular sobre el que están alojados los componentes mecánicos y de seguridad, cubierto por una carrocería de fibra de carbono. Inclusive, ambos comparten la base del motor de producción BMW 50d (diésel) con modificaciones como la brida de 39 mm que limita la entrada de aire a la admisión, un ítem que se reglamentó este año. Por último, otra característica en común es la caja de cambios secuencial de 6 velocidades, construidas por X-Trac para el Buggy y Sadev en el Rally, con la particularidad de que éste último cuenta con diferenciales inteligentes para el sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Obviamente, lo más interesante y lo que da el título a esta nota, son las diferencias entre sí. La más importante es el sistema de tracción: el Buggy es 4×2 mientras que el Rally es 4×4. Con un reglamento técnico que intenta equilibrar las prestaciones de ambos, compensando la menor capacidad de tracción del 4×2 con ventajas en suspensiones, neumáticos, pesos o dimensiones, entre otros aspectos, cada uno cuenta con una configuración completamente distinta.
Las principales ventajas del Rally –además de la doble tracción- es que puede llevar tres ruedas de repuesto (frente a sólo dos en el Buggy) y su mejor visibilidad, algo a tener muy en cuenta ya que resulta extremadamente útil para detectar los obstáculos que se encuentren en el camino.
Por su parte, el Buggy ofrece como ventajas un sistema de suspensión con mayor recorrido y neumáticos de mayores dimensiones: en el MINI JCW Rally el recorrido de las suspensión está limitado a 280 mm y las llantas a 16 pulgadas –con un diámetro máximo de rueda de 810 mm), mientras que en el Buggy son de 17 pulgadas y las ruedas pueden tener un diámetro máximo de 940 mm. Además, puede equipar un sistema de inflado y desinflado de neumáticos desde el habitáculo –en el 4×4 es manual: los pilotos deben parar y bajarse del vehículo para regular la presión-. La otra clave está en las dimensiones: 2.200 mm de ancho y 3.100 mm de distancia entre ejes del Buggy frente a 2.000 mm de ancho y 2.900 mm de entre ejes del Rally.
Así, cada vehículo posee un comportamiento distinto y contrario a lo que se podría suponer por el tipo de tracción, el Buggy rinde mejor en terrenos off-road por sus mayores recorridos de suspensión, neumáticos y entre ejes. Al respecto, Nani Roma (piloto del JCW Rally) destacó: “La mayor ventaja del buggy es en pista abierta. Y en las dunas también irá mejor, aunque este año no hay tanta diferencia como el año pasado por las mejoras que hemos introducido. Eso sí, si comenten un error les resultará más difícil salir del atolladero que con el 4×4 y pueden perder mucho tiempo. Este no es el Dakar perfecto para un 4×4 porque hay mucho fuera de pista y los buggies son un poco más competitivos por las suspensiones y las ruedas más grandes, pero tenemos un coche que es muy robusto y rápido. Si no ganamos, no será por el auto”.
Por su parte, Carlos Sainz (piloto del Buggy), analizó: “Los de dos ruedas motrices tienen más diámetro de neumático y recorrido de suspensión, y el sistema de inflado y desinflado; y eso ayuda. Pero también es cierto que al ser etapas claramente de dunas, los 4×4 pueden adecuar sus presiones desde la salida de la etapa y acortar un poco esa ventaja”.
Lamentablemente como el Dakar no se corre en Argentina por cuestiones económicas NO ME INTERESA.